Cuando iba en el colegio,
Katie Heaney tuvo una triste revelación: Los hombres son aquellos que hacen que tu mejor amiga se vuelva loca y que de un día para otro comiencen a alejarse de ti. Hoy, ya con 26 años, aún recuerda cómo Leigh –su amiga de entonces-, le contaba lo bien que lo había pasado con su nuevo pololo, Andy, y que sentía mucho no poder estar ahora accesible cada vez que ella, Katie, quisiera.
“(Me dijo) cuando tienes pololo, él se convierte en la única persona con la que quieres pasar tu tiempo. Él se convierte en tu mejor amigo y –esto no lo dijo, pero definitivamente se sobreentendió- en la única amistad que importa de verdad. Ya lo sabrás cuando tengas uno”. El problema para Katie, es que más de una década después, aún no ha logrado comprobar la adolescente teoría de su amiga.
Esta mujer de Nueva York, editora en BuzzFeed y bloguera, acaba de publicar “Never have I ever: My life (so far) without a date” (Yo nunca, nunca: Mi vida (hasta ahora) sin una cita)”, y como su título lo indica, muestra varios ensayos acerca de distintas etapas que ha experimentado a lo largo de sus 26 años, sin haber tenido un solo pololo. “He estado soltera toda mi vida”, asegura.
“Se trata de mi vida como soltera a largo plazo”, comentó a la revista
Teen Vogue. “Nunca me ha avergonzado no haber tenido nunca un novio. Por supuesto que a veces lo he encontrado frustrante, pero siempre me ha gustado bromear sobre eso con mis amigos. Es un tema que creo que está poco tratado, pese a que conozco a un montón de personas en una situación similar –si es que no exacta- a la mía”, agregó.
Pero su libro, cuyo extracto puede ser leído en
Amazon, no solo habla de la eterna soltería de una veinteañera, si no que parece ser un homenaje a la amistad, como base de apoyo entre los variados cuestionamientos que una mujer –cuya vida sentimental parece ser nula- se puede hacer acerca de su persona.
Por ejemplo, el texto parte con una comparación entre ella y su mejor amiga, Rylee, a quien llama una persona “faro”. Es decir, alguien que, tal como los faros atraen a los marineros entre la niebla marina, acerca a los hombres que parecen hacer fila para estar con ella. “Yo no soy un faro”, asegura Katie, antes de clasificarse como un “Triángulo de las Bermudas”: “Los marineros escuchan cosas malas sobre él. Prefieren solo pasar alrededor, manteniéndole tan lejos como sea humanamente posible”, escribe.
Tal como explica, por una serie de factores como la mala suerte y haberse interesado en personas comprometidas o poco apropiadas para ella, su vida amorosa se ha resumido en una que otra cita, pero jamás ha logrado dar el paso siguiente a comenzar a salir con alguien, nunca.
“Siendo honesta, ni siquiera sé si podría decirse que he tenido más de una cita verdadera. Hubo un par de veces que salí con un chico que me gustaba, que me invitó él, y que los dos estábamos solteros, así que creo que esas podrían ser citas; pero una semana después, él ya tenía una novia que no era yo y yo maldecía su existencia, así que es difícil saber (si realmente fueron citas)”, aclaró.
Katie relató que sus amigas, prácticamente ninguna soltera como ella, le dicen que su poca suerte en el amor se debe a que es muy exigente y que aún no ha llegado el hombre indicado; palabras que sonaban bien y que agradecía con cariño, aunque sabe que es más que eso.
“La mayoría de las veces, no me apena pensar en mi triste, viejo y decrépito cuerpo de solterona”, escribe con humor. “Obviamente, hay millones de cosas que podrían estar peor en mi vida. No tener novio en un momento dado, me molesta muy poco. Nunca haber tenido ninguno, nunca, me molesta solo un poco más, pero solo porque quisiera saber que me voy a llegar a enamorar alguna vez”.
La autora aseguró en una entrevista que tras la publicación de su libro, ha perdido la cuenta de todos los mails que ha recibido de personas que viven lo mismo que ella, en un entorno –familiar y de amigos- que generalmente se muestra ansioso por ver a una persona del círculo en una relación amorosa. No por nada “¿Y? ¿Has conocido a alguien?”, suele ser una pregunta frecuente en las reuniones sociales de un/a soltero/a.
“Me hace sentir bien saber, sin embargo, que no estoy sola en varios sentidos. Incluso si soy la permanente soltera en mi grupo de amigos, o en todo el mundo, no soy la única que ha hecho un lío su vida amorosa (…) Lo que más me gusta es sentarme en un lugar con mis amigas, con un vino, y recordar nuestras peores historias sobre citas. Todas hemos metido la pata”, relató.