Renee Finney había estado cerca de un año luchando contra el cáncer, cuando falleció el 7 de mayo pasado, en San Diego, EE.UU.
Pero sus tres hijos, de 25, 18 y 16 años, no solo sufrieron la pena de perder a su madre, sino de no contar con el dinero necesario para su funeral, cuya cifra ascendía a unos 10 mil dólares.
Inmediatamente, se pusieron manos a la obra, tratando de juntar el monto, pero lavando autos, vendiendo pasteles y recaudando donaciones de los más cercanos, apenas juntaron 2 mil dólares. Hasta que un gesto de amor logró apaciguar su angustia.
En el Día de la Madre pasado, animados por la mejor amiga de su Renee, sus hijos escribieron emotivas cartas a su mamá, y las amarraron a globos, como una forma simbólica de enviar sus mensajes al cielo.
Una de las misivas decía, entre otras cosas: “Hola mamá. Te extraño y espero que vengas a visitarme pronto, porque tengo preguntas que hacerte, como por qué te fuiste tan pronto”. Mientras que otra señalaba: “Sabemos que estás en el cielo, pero no tenemos dinero para enterrarte”.
Fueron precisamente ésas cartas las que, al otro día, en la puerta de su casa –a 50 kms de distancia-, encontró Yvette Melton, una mujer de 55 años, que no puedo evitar conmoverse, a tal nivel que decidió buscar en internet, teniendo como pistas los nombres que aparecían en la misiva y el hecho de que una madre había fallecido.
Así, Melton encontró el obituario y hasta los datos de la funeraria, desde donde le informaron del problema con los gastos que los hijos de Renee enfrentaban.
“Los globos cayeron en mi patio por una razón”, señaló la mujer al
The Huffington Post. “Tengo amigos, familiares y colegas generosos y sabía que podríamos hacer algo”, agregó.
La mujer no dudó en llevar las misivas a su lugar de trabajo, una empresa de plantas y flores, donde su jefe, tras leer los mensajes, decidió pedir la colaboración de todos los empleados para ayudar. En solo horas, lograron reunir más de 12 mil dólares, y se comunicaron con los hijos de Renee para darles la noticia.
“Yo solo me puse a llorar”, comentó Karries, la mayor de los hermanos, tras ser consultada por
ABC News. “Cuando me enteré, de hecho estábamos vendiendo pasteles y tratando de juntar dinero. Estábamos abrumados con todo lo que teníamos que hacer, y solo orábamos. Nos repetíamos que estábamos bien y que íbamos a salir adelante. (Cuando recibimos la llamada) me quedé sin palabras y agradecí a Dios”.
Karries también dedicó palabras para las personas que ayudaron a su familia, a quienes llamó “un regalo del cielo”. “Mi mamá no tenía seguro de vida, y uno quiere despedir a su madre de la forma correcta (…) Esto significa mucho para nosotros”.
Se espera que este domingo 23 de mayo, por fin se realice el funeral de Renee y que Melton vaya hasta los responsos para conocer a quienes ayudó.