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PARÍS. - Habla con la voz de asombro de quienes, después de una conmoción, dudan aún de lo que han vivido: "Yo era una persona activa y jovial y sin embargo tuve ganas de tirarme por la ventana" dice Fabienne Godefroy, exempleada del grupo La Poste, los correos franceses.
Los trabajadores del sector terciario en Francia están cada vez más expuestos a riesgos psicológicos por el entorno supercompetitivo, la presión sobre el ritmo de producción y el acoso.
Los gabinetes de expertos así como el "Observatorio del Estrés" en las empresas, creado hace unos años para alertar a las autoridades de este problema, tratan de prevenir esos riesgos.
Pese a que Francia es uno de los países donde los asalariados están más protegidos por la ley y por los sindicatos, sobre todo en las grandes empresas, cada vez son más frecuentes las largas bajas por enfermedad, el agotamiento profesional ("burn out") y los suicidios.
"Sí, querer suicidarse a causa del trabajo es algo que existe" dice Fabienne Godefroy, de 41 años, víctima durante dos años de acoso moral y sexual en su su oficina de correos de Toulouse (sur). Sufrió anorexia severa (perdió 30 kilos) y una forma de paranoia.
Desde hace meses está de baja por enfermedad y es atendida por dos psicólogos. Cuenta que su jefe directo y el superior de éste la observaban constantemente, le hacían comentarios obscenos en las reuniones y que recibía llamadas anónimas a su domicilio. Ese acoso la hacía sentirse como "un animal acorralado". Hasta que no pudo más.
Ola de suicidios en France Telecom
El "mal del trabajo" irrumpió brutalmente en la actualidad francesa en 2008-2009, con una ola de suicidios de empleados de la compañía telefónica France Telecom (actualmente Orange).
En total, 35 asalariados se suicidaron, algunos de ellos frente a sus colegas, en sus lugares de trabajo, dejando mensajes que acusaban a los servicios de recursos humanos de fomentar el "terror" y de conmocionar a los trabajadores con mutaciones que no tenían en cuenta sus competencias profesionales.
Uno de ellos se arrojó al vacío desde un puente. Una mujer de 32 años se tiró por una ventana del edificio de la empresa, pocos días después de que otro empleado tratara de suicidarse clavándose un cuchillo en el abdomen en plena reunión de trabajo cuando se enteró de la supresión de su puesto.
"La instauración de un ambiente supercompetitivo y la presión del mercado desestabilizan a los asalariados" señala Pierre Morville, portavoz del Observatorio del Estrés, creado poco antes de esa "crisis de suicidios".
En julio de 2012, Didier Lombard, que fue presidente de France Telecom entre 2005 y 2010, fue imputado por acoso moral, algo inédito hasta entonces en Francia.
Según el Observatorio del Estrés, formado por sindicalistas y científicos, desde principios de este año hubo diez suicidios relacionados con el trabajo. Según Morville, la competencia feroz del sector de las telecomunicaciones y el plan de despidos en Orange -30.000 despidos antes de 2020 sobre un total de 100.000 empleados, la mayor supresión de empleo en una empresa francesa en dos décadas- explican en parte el malestar de la plantilla del grupo, en el que el Estado tiene un 27% del capital.
Según una investigación de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo publicado en 2013, en 31 países europeos el estrés laboral es un fenómeno considerado corriente por más del 50% de los asalariados.
Las causas citadas con mayor frecuencia son la reorganización, la inseguridad del empleo, la sobrecarga de trabajo o el acoso. "El sufrimiento físico que antes estaba relacionado con la producción en cadena se ha transformado en un sufrimiento moral, más íntimo", explica Morville.
Los expertos subrayan que los problemas no son personales, sino de organización. Los Comités de Higiene y Seguridad en el Trabajo, instituciones obligatorias en Francia para las empresas de más de 50 empleados, intentan identificarlos. En septiembre pasado se creó también un "Observatorio Nacional del Suicidio".