Más de cuatro millones de reproducciones tiene ya el
video con el que Jeff y Hillary Whittington relatan el proceso por el que pasaron, hasta aceptar la transexualidad de su hijo, cuando el menor apenas tenía cinco años de edad. Las imágenes –varias fotografías y frases escritas por la pareja-, ya han dado la vuelta al mundo, como un ejemplo de aceptación.
Jeff y Hillary, de San Diego, Estados Unidos, explicaron que el año 2007 dieron la bienvenida a su primera hija, Ryland, que nació con una discapacidad auditiva, y que lograron mejorar gracias a implantes cocleares. “Pensamos que habíamos superado el desafío más grande.
Pero Ryland tenía para compartir más cosas”, escribieron los padres.Criada en una habitación pintada de rosado, con una cabellera larga y rubia y vistiendo vestidos y accesorios infantiles femeninos, les llamó la atención que apenas Ryland aprendiera a hablar, dijera claramente: “Soy un niño”.
“Empezó a mostrar aversión contra todo lo femenino”, escribieron Jeff y Hillary, antes de que apareciera en su video una serie de fotografías que muestran a Ryland feliz, disfrazado de Spider Man, de vaquero y, aún en pañales, jugando una corbata y unos zapatos de hombre. Incluso aparece un autorretrato que hizo a sus cuatro años, con el pelo corto y pantalones.
Sus padres optaron por creer que solo se trataba de un período infantil normal y que, tal vez, su hija solo era “amachotada”. “El problema es que la fase, en vez de terminar, se fue haciendo más intensa”, comentaron.
Al cumplir los cinco años, Ryland además de rechazar las cosas femeninas, comenzó a sentir vergüenza de ponerse vestidos y verse como una niña. “Cuando mi familia se muera, me voy a cortar el pelo y así podré ser un niño”, dijo entonces. Pero no fue hasta que, entre lágrimas le gritó a sus papás: “¡Por qué Dios me hizo así!”, que Jeff y Hillary buscaron ayuda profesional y se preocuparon de investigar qué le podría estar pasando a su hija.
Así llegaron a la conclusión de que “pese a que Ryland nació con anatomía femenina, su cerebro se identifica como un niño”, y no había duda de que era transexual.
Además, durante su búsqueda por respuestas, se enteraron de un estudio que señalaba que un 41% de las personas transexuales habían pensado en el suicidio debido a la falta de aceptación de su identidad de género por parte de su entorno. Y lejos de que Ryland formara parte de esa triste cifra, se pusieron manos a la obra para ayudarlo a ser quién era, partiendo por cortarle el pelo y empezar a referirse a él en términos masculinos. De eso ya ha pasado un año.
“Les escribimos cartas a familiares y amigos explicándoles el cambio. Perdimos algunos, pero la gente que de verdad importaba se quedó junto a nosotros”, aseguraron, agregando: “La identidad de género de Ryland no fue algo causado por nuestra forma de criarlo, por la estructura que tenemos como familia ni por factores ambientales (…) “Él sigue siendo saludable, guapo, y extremadamente feliz. Éste es nuestro maravilloso hijo”.
Hace un mes, durante el sexto “Desayuno para la Diversidad Harvey Milk” de San Diego, que recuerda la labor que hizo el parlamentario estadounidense en la aceptación de los derechos de homosexuales y personas transexuales, los Whittington recibieron el Inspiration Award, por representar un caso ejemplar de empatía, apoyo y respeto.
En esa ocasión, un elegante Ryland de 6 años, de traje y corbata, fue ovacionado tras decir unas palabras frente al micrófono. Su presentación fue simple: “Me llamo Ryland Whittington y soy un niño transexual”.
