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Marcela Labraña: El debate sobre la adopción de homosexuales, algo que es un hecho en Chile

La directora del Sename también se refiere a las adopciones ilegales y dice que los casos denunciados a tribunales son aquellos donde las personas afectadas están dispuestas a que sus padres adoptivos puedan ser condenados por un delito.

11 de Junio de 2014 | 09:45 | Por María José Errázuriz L.
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Foto de Christián Zuñiga
Las adopciones quedaron en el ojo del huracán. Justo en momentos en que el Gobierno se dispone a reformar la ley actual para adecuarla al AVP (Acuerdo de Vida en Pareja), lo que implicaría avanzar hacia la adopción de las parejas homosexuales.

Pero la directora del Sename, Marcela Labraña, no se confunde. Apunta con dureza a las adopciones irregulares que se han denunciado y aclara que en la actualidad, los homosexuales sí adoptan en Chile. Esto porque si un/a soltero/a solicita hacerlo, la ley Zamudio antidiscriminación impide a los funcionarios estatales preguntar la orientación sexual del futuro padre adoptivo.

Con la posibilidad de hablar pausadamente de este tema, esta educadora de párvulos, ex gobernadora, se hace cargo de los desafíos que enfrenta el país en este tema, más considerando que durante el año pasado casi 600 niños fueron dados en adopción, 109 de ellos a parejas extranjeras.

Afirma que los dos mayores problemas que enfrenta el sistema de adopciones es que los padres chilenos quieren niños menores de 2 años, lo que hace que muchos, mayores de esa edad, se mantengan en instituciones; y que los padres extranjeros presentan una tasa de retorno cercana al 4%, explicada en que adoptan niños más grandes a los que les cuesta adaptarse.

-¿Puedes asegurar que en Chile no hay hoy espacio para adopciones irregulares?
“Hoy no existe la adopción irregular, lo que sí puede haber es tráfico de niños. Chile, independiente de que la ley necesita ser mejorada, y ya hay un proyecto para eso, si no es adopción lo que se tiene es un tráfico de niños”.

-Aclaremos, ¿la entrega directa de niños puede ser hoy acordada entre los padres biológicos y adoptivos?
“Siempre tiene que haber un tribunal de por medio, quien decide es el juez. La figura planteada no existe hoy en Chile y eso sería tráfico. Para ser clara: existe la adopción que implica un estándar a cumplir en el proceso y quien no lo cumpla hace tráfico. Nadie, por mutuo propio puede acordar entregar un niño a otra persona”.

-Siguiendo en los extremos, ¿se podría avanzar a que padres biológicos entreguen a padres adoptivos, mediando un tribunal?
“No, porque siempre tiene que existir el espacio para evaluar a esa pareja. Nadie puede escapar a la evaluación psicosocial de los padres adoptivos, porque, aunque en Chile pasa muy poco, hay padres adoptivos que devuelven a niños. En Chile es baja, pero en el extranjero alcanza al 4%”.

-¿La tuición sería el camino en esos casos?
“Esa es otra figura; no es adopción y podría ser una familia de acogida, guardadora, pero en el proyecto de ley se va a regular cuánto tiempo puede estar un niño con la familia guardadora. Y aquí también debe haber un tribunal de por medio”.

Si bien la ley de adopciones fue reformada en 1999, está en trámite legislativo una nueva reforma. Marcela Labraña afirma que esto es necesario porque la sociedad ha experimentado cambios, entre otros, que la maternidad se ha retrasado lo que deriva que se dificulta la posibilidad de tener hijos y se opta por la adopción. Dentro de las propuestas está clarificar mejor las sanciones al tráfico de niños, porque debe quedar claramente establecido que en esto es el bien superior del niño lo que importa, no los padres biológicos o los adoptivos.

-¿Qué es lo más urgente en esta modificación?
“Ponerle tope al tiempo de las familias guardadoras, porque no se puede tener a un niño más de 2 años con una debido al apego que se produce es muy fuerte y, finalmente, se termina perjudicando al niño. Los padres guardadores pueden ser padres adoptivos hoy, no hay nada en la ley que se los impida, lo que pasa es que muchas de esas familias reconocen esas ganas de adoptar cuando falta poco para la entrega (caso del carabinero que huyó con un niño que no quería devolver en mayo de 2011). Y resulta que hace un año y más hay otra familia que está optando a ese niño y ha iniciado el enlace”.

-¿Las familias guardadoras no van a quedar con ningún privilegio en la ley respecto de otros?
“Es mejor que un niño esté con una familia guardadora en vez de una residencia y se debe estimular externalizar a los niños de 0 a 3 años. El diputado Farías piensa que las familias guardadoras debieran tener una prioridad al momento de decidir un tribunal (considerando que ya han sido evaluados), pero convengamos que no todas las familias guardadoras quieren adoptar”.

-La reforma plantea ampliar las causales de adopción a temas como violencia, drogadicción de los padres, pero a los tribunales les cuesta asumirlas y además, prefieren dejar al niño con la familia extendida.
“No quisiera opinar porque es otro poder del Estado y tenemos que trabajar muy de cerca con ello en esto. Me he reunido con algunos magistrados y están más abiertos a este proceso que pone en el centro al niño”.

-Retrocediendo en el tiempo y nos remontamos a los 70 y 80, la ley de adopciones tenía vacíos y las adopciones acordadas se dieron. ¿Esas adopciones pueden ser juzgadas a partir del prisma del año 2014?
“Creo que sí. Esos niños, que hoy tienen 40 años, nunca han podido resolver algo que cargan; hoy están denunciando porque no han podido vivir en paz y nunca van a poder saber quiénes son sus padres biológicos.
“Los niños que hoy se adoptan sí podrán; desde el año 1999 existe el programa Búsqueda de Orígenes, porque la ley dice que una persona sí puede conocer a sus padres biológicos. Ahora, los hijos buscan a los padres, no los padres a los hijos y deben ser mayores de 18 años”.

-Insisto, en esos años adoptar era casi imposible. En los casos de entrega acordada, ¿pueden ser juzgados?
“Esto tiene que ver con la búsqueda de la verdad y la reparación; el bien superior de esa persona. Las denuncias que hemos presentado tienen que ver con eso, con el hecho de que la justicia es reparadora; incluso hay algunos que se sienten aliviados con sólo poner su caso a disposición del servicio. Tiene que existir ese proceso”.

-Los casos del cura Joannon son distintos porque esa madre sí quería quedarse con su hijo…
“Ahí el bien superior del niño no existió, existió el qué dirán, los prejuicios, la preocupación de esos abuelos. La conclusión del cura Joannon de que estaba salvando vidas es tan relativo, esas mamás y papás nunca fueron consultados.
“Me llama la atención que en estos casos, donde esa madre o esos abuelos estaban en conflicto, la Iglesia debió haber dado un acompañamiento espiritual…”

Marcela Labraña narra que las personas que fueron entregadas durante los 70 y 80 en forma ilegal se han acercado al Sename, antes de contarles a sus parejas actuales o padres adoptivos, debido a lo angustiados que se sienten. También explica que cada caso es distinto al otro: hay algunos que sólo presentaron sus hechos, otros están dispuestos a ir a la justicia aunque eso implique que sus padres adoptivos puedan ser condenados por algún delito como secuestro.

Asegura que el Sename, en este proceso, ha dado contención y después, los han puesto en contacto con abogados que les han explicado las consecuencia de seguir adelante con las denuncias. “Nosotros no tenemos miles de casos –como han dicho otros- porque sólo hemos puesto a disposición del Poder Judicial aquellos que la persona está dispuesta a iniciar un proceso judicial”.

Adopción de homosexuales

La reforma a la ley de adopciones busca adecuarla a la futura ley de Acuerdo de Vida en Pareja, AVP, donde se norman distintos tipos de pareja que no se someten al régimen del matrimonio o que son homosexuales.

-Se plantea ampliar la adopción a las parejas de homosexuales, pero eso no estaba en el programa de gobierno de Michelle Bachelet. ¿En qué momento cambió eso?
“Esto todavía no está en el programa, lo que está dando vuelta es el debate porque hoy los movimientos ligados a los homosexuales son más visibles y levantan sus demandas”.

-¿Es un cinismo o doble estándar no abordar el tema de la adopción de las parejas homosexuales, cuando hoy, técnicamente ellos pueden adoptar presentándose como solteros?
“Creo que es la pregunta que nos tenemos que hacer. Hoy sí hay lesbianas y gays que adoptan, que están emparejadas, pero que se presentaron al proceso como soltero/as. El tema es qué pasa con ese niño si alguien de los dos fallece y uno solo era el padre/madre.
“Otra cosa es que la ley no regula estas situaciones y lo que busca el Gobierno es darle un carácter familiar a las parejas que están constituidas. En la ley de AVP la oposición ha planteado aprobarla sin pasar por el tribunal de familia, como si se tratara sólo de un contrato, pero creemos que deben sujetarse a ellos para que los problemas se resuelvan como en cualquier otra familia. Sé que hay un debate pendiente, pero el AVP tiene que salir primero”.

-¿No abordar las adopciones de parejas homosexuales no sería una muestra de que como sociedad tendemos a esconder la cabeza como el avestruz?
“Creo que lo hacemos regularmente, no por nada fuimos uno de los últimos países en legislar sobre la ley de divorcio. Tendemos a ser miedosos, creemos que por el solo hecho de no decir las cosas, éstas no ocurren”.
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