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Hombre rabioso al lado o cómo el mal genio perjudica las relaciones

Ser rabioso e insoportable resulta ser insufrible. Especialista de la UDP propone cuestionarse el por qué se elije ese tipo de pareja.

11 de Julio de 2014 | 16:11 | Emol
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Levantarse con el pie izquierdo es muy distinto a andar mal humorado todos los días y explotar al más mínimo suceso de dificultad.

Existen estudios que indican que existe una tasa mucho más alta de hombres de “mal carácter”, que de mujeres con problemas de ira. Lo peor es que quienes tienen la etiqueta de ser rabiosos se descargan con quien tienen al lado, y es frecuente que las parejas o pololas sufran las consecuencias. Claro, nadie tiene por qué soportar el mal genio del otro, pero resulta que las relaciones son más complicadas que eso.

¿Las causas?

El doctor en psicología Seth Meyers explica que son personas que siempre buscan salirse con la suya y durante su vida no sienten las consecuencias de sus rabietas.

Es que sus explosiones emocionales agresivas y hasta violentas son tan desagradables para los que están cerca que, según el experto, generan miedo y nadie se les enfrenta ni los hace responsables del daño que causan en los demás.

“He trabajado con hombres que luchan con su mal carácter y es común que algunos de ellos tengan rasgos de personalidad narcisista, con lo cual están perpetuamente más centrado en sus propios sentimientos que en lo que producen en los demás”, explica.

En ese sentido, el experto los califica como seres egoístas. Aunque también indica que no necesariamente el que lo sean es motivo para poner fin a la relación porque cree que el comportamiento errático se puede cambiar.

¿Cómo? “El primer paso para una mujer que vive esta situación es reconocer que los estallidos de mal genio de su pareja son abusivos”, anota.

Acto seguido, sugiere estar atento a las señales de erupción del compañero para no reaccionar siempre de la misma manera permisiva, sino que hacerlo poniendo límites.

“Ser claro y decirle cómo te sientes con una expresión facial y tono neutral y mandarlo a que vaya a otro lugar y explicarle que su temperamento te hace sentir muy incómoda. Cuando regrese, no sientas presión por conectar emocionalmente con él, aléjate por un día o dos y no resuelvas la situación teniendo sexo”, propone.

Aparte, Seth Meyers recomienda, no aislarse de amigos ni familia aunque se tenga temor por contar la verdad de lo que sucede con su pareja. Y tomar decisiones respecto a cuánto tiempo va a dar a la pareja para cambiar esta forma dañina de relacionarse.

“Un hombre con mal carácter puede cambiar, pero sólo si él está dispuesto a hacer el trabajo. Para cambiar tendrás que entender lo que precipita sus arrebatos, decidir adoptar nuevas formas de reaccionar y sobre todo, buscar ayuda con un terapeuta de salud mental”, advierte.

Un problema de dos

Para Pamela Soto, psicóloga experta en parejas y académica de la Facultad de psicología de la Universidad Diego Portales, una persona mal genio, rabiosa y arrebatada puede tener múltiples causales para comportarse de esa manera. Incluso, puede deberse a pautas relacionales que se transmiten de generación en generación y también, a crisis circunstanciales.

Pero comparte, que existe una variable de género donde existe una mayor permisividad hacia la rabia del hombre como a la tristeza de la mujer. Es como el símil de los hombres nos lloran y las mujeres no son rabiosas.

“Aunque la verdad es que los hombres sí lloran y las mujeres son rabiosas, porque la rabia y la pena son la misma cosa y si bien hay cierta movilidad en los estereotipos, en los hombres persiste esa aceptación social de sus arrebatos”, explica.

Sin embargo, aclara que un hombre rabioso en una relación indicaría un estilo relacional que tiene que ver con las dos personas que conforman la pareja. Y, no es un hecho aislado sino que se trata de un sistema.

“En estos casos, la pareja debe pedir ayuda para revisar como se ha configurado la relación, los factores individuales y las pautas relacionales para poder evaluar efectivamente qué sucede”, aconseja.

Es que para la experta, “los tangos se bailan de a dos”, y desde este punto de vista relacional no individual, plantea la pregunta ¿por qué se mantiene una relación que hace daño?

Ahora, el asunto se complica aún más si es que existe la variable de poder. Es decir, cuando una persona ostenta mayor poder sobre otro, tal como sucede cuando los hombres maltratan a las mujeres o los adultos violentan a los niños.

“La solución aquí va por empoderar a las mujeres para que salgan de esa situación de dolor, que además, las coloca en el lugar de ser víctimas de agresión al estar en una relación desigual”, explica.

Por lo tanto, la psicóloga de la UDP llama a analizar el mal genio de la pareja como un problema relacional y revisar si el que tiene mal carácter se debe a una situación particular o si va por la vida, deprimido, rabioso e intolerante frente a situaciones negativas. Pero, subraya que no hay receta, la solución es personal.
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