La práctica que Brigitte Bardot popularizó en los ’60 en la Costa Azul francesa está en retirada. Según una encuesta realizada por la revista Elle, sólo un 2% de las jóvenes galas menores de 35 años están dispuestas a realizar topless.
La noticia sorprendió en tiempos en que se creía que la libertad encuentra una de sus mejores expresiones en tomar sol con el busto femenino descubierto.
Pero según señala la revista francesa, y tal como lo recogen diversos medios, hay diversas razones para ello, pero una de las principales es que el pudor ha ganado terreno entre las mujeres jóvenes.
De hecho, algunas aventuran a señalar que el topless es vulgar. El sociólogo Jean-Claude Kauffman, autor de "Cuerpos de mujer, miradas masculinas. Sociología de los senos desnudos", comentó el hecho señalando que "las francesas jóvenes de hoy son más conformistas. Ya han logrado la libertad. De modo que se han vuelto perezosas y la han dado por sentada".
Otros, en cambio, han vinculado el abandono del topless a la crisis económica. El mismo Kaufmann, en El Nuevo Herald, reconoce que Francia se ha visto afectada por la austeridad desde el comienzo de la crisis financiera y "si descubrir los senos es indicio de riesgo y revolución, cubrirlos es un indicio de seguridad. En épocas inciertas la gente tiende a vestirse de manera más conservadora".
La revista Elle también entrega razones de salud, entre ellas, la preocupación por el cáncer de piel.
The Guardian, quien también recoge la encuesta de la revista francesa, sostiene que otra de las razones por las que ya no se hace topless es que las mujeres están conscientes que pueden terminar en un muro en Facebook. Además, señala que la globalización ha empujado la sensualidad al erotismo y éste al porno, lo que no es precisamente lo que se buscaba en los inicios del topless.