¿Qué es lo que más quieren para sus hijos en sus relaciones amorosas? Esa es la pregunta que Al Vernacchio siempre intenta hacerle a los papás, para intentar explicarles por qué en sus clases de educación sexual en el colegio incluye temas poco comunes en el currículum educacional, como el placer sexual, los orgasmos e incluso la masturbación.
Según cuenta, la mayoría de los papás suelen responder que esperan para sus hijos éxito, amor, salud y cariño en sus pololeos. Y, ¿cómo ayudarlos a eso? ¿Metiéndoles miedo con la intimidad sexual? ¿Haciéndoles prometer una abstinencia que, según las estadísticas, no retrasará el inicio de su vida sexual y podría llevarlos a practicarla sin un método seguro de protección contra enfermedades o embarazos no deseados?
Para muchos, llegar y hablar el tema con los hijos parece una tarea titánica. Y justamente para esos padres es que Vernacchio difunde su forma de enseñar educación sexual, ya sea en charlas TED o con su recientemente publicado libro, “
For Goodness Sex: Changing the Way We Talk to Teens About Sexuality, Values, and Health”.
Lo que este hombre de Philadelphia, EE.UU., propone es dejar de tocar el tema sexual con los adolescentes desde la perspectiva del miedo, y enfocarse en algo que llama la “educación positiva del sexo”, y que va más allá de enseñarles las partes del cuerpo, los órganos reproductivos, los métodos anticonceptivos y protección sexual, e incluir más valores y conceptos que les ayuden a llevar una vida íntima sana.
Para Vernacchio, al menos en Estados Unidos, existe una forma errónea generalizada con la que se está llevando la educación sexual en los colegios y familias, tomando la sexualidad como un “problema”. “Lo llamo ‘el modelo del desastre’, en el que empezamos diciendo: ‘miren estas horribles cosas que les podrían pasar si tienen sexo. Ahora salgan y vayan a tener una relación amorosa saludable’. Simplemente, no podemos hacer eso”,
comentó en Salon.com.
“Yo parto de la premisa de que la sexualidad es una energía del bien en el universo y que la podemos usar en todo tipo de formas para crear relaciones estrechas, equidad e incluso justicia en el mundo. Si esa es la base con la que enseñáramos educación sexual, creo que tendríamos mucho más éxito”, explicó.
Al respecto, enfatizó que el “sexo positivo” intenta mostrar la sexualidad como una manera de lograr conexión, alegría, amor e intimidad con una pareja. “No solemos hablar de esas cosas con los hijos. (Pero) eso es lo que ellos quieren saber. Quieren saber cómo se sabe cuando estás enamorado y cómo puede conectarse con alguien. Creo que a veces ellos tienen sexo porque en realidad no saben qué otra cosa hacer. No les hemos dado todas las herramientas. Dormir una siesta (con una pareja) podría ser incluso más íntimo y bonito”.
Consciente de que los principales educadores sobre sexualidad en un menor deben ser los padres, Vernacchio recomienda hablar de sexo con los hijos de manera natural y desde la confianza, no del temor. Incluso, da un ejemplo del tipo de discurso que se podría tener: “Soy tu papá y te amo, y realmente quiero que tengas una buena experiencia. Mi temor no es que me vayas a terminar avergonzándome a mí o a la familia, sino que termines con tus sentimientos heridos o en una situación que no sea buena para ti. Y no te quiero ver triste”.
“Suena como sentido común”, opina el profesor. “Pero creo que nos asustamos tanto cuando se trata de hablar de sexo, que olvidamos las cosas que ya sabemos”.