“Elegir un amante no es como comprar detergente. Entran en juego las formas, y hay que saber llamar la atención, analizar, acercarse lentamente, entrar en acción y rechazar cuando ya no queremos seguir”, asegura un libro que promete enseñar los secretos de la seducción.
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“Femme Fatale” (Editorial Océano), Margot Pims se dedica a explicar paso a paso qué significa convertirse en ese tipo de mujeres que parecen tener el mundo (y los hombres) a sus pies, poniendo especial énfasis en la etapa de seducción, algo clave para la conquista.
Más allá de la forma que tenga tu cuerpo, puedes comprobar que la conquista no solo pasa por el físico. Una cara bonita y unas curvas envidiables pueden valer nada si la actitud y personalidad de su dueña no tienen encanto.
Convertirse en una mujer fatal es una cosa de actitud, explica Pims. Y si no te nace enseguida ese empuje necesario, parte por creerte el cuento, plantándote segura al caminar, recta y con decisión, femenina y tranquila.
Se trata de convencerse y proyectar que ante todo, el primer amor de tu vida eres tú misma. Y por ende, te quieres, te respetas y esperas para ti lo mejor. Lo que también incluye, aceptar tu propio cuerpo, y no andar por la vida diciendo frases sobre lo gorda que te sientes. Si tienes alguna queja con los kilos que acumulas, guárdatela para ti, haz deporte y come sano.
Pims escribe que con una buena autoestima, solo se atrae lo mejor, y no se vacilará con las críticas ni se dependerá de la aceptación del resto. “Una mujer fatal se quiere, se acepta tal como es y sabe reconocer sus cualidades con humildad y sus defectos con indulgencia”, comenta.
Tal amor propio, debe provocar en una mujer fatal que jamás se aferre mucho a un hombre. De hacerlo, “corres el riesgo de perderte a ti misma por el camino”, dice la autora.
Tómate tu tiempo
Seducir es como cocinar un rico plato de comida, que requiere sus tiempos para que quede perfecto, comenta Pims. En el entretanto, las dos personas se conocen, coquetean, ven si tienen cosas en común, si son compatibles, enamoran y se dejan enamorar.
“Una mujer fatal es una experta de la seducción que no se entrega del todo”, advierte la autora, pidiendo precaución en esta etapa de la conquista. “Quien algo quiere, algo le cuesta”, recuerda.
“Dominar el juego de la seducción es también elegir los lugares donde se verán –sin parecer desesperada (consejo básico), y cómo se comunicarán (teléfono, SMS, cartas, etc.). Sorpréndele”, recomienda, agregando que si optas por ser de las que whatsappean, tu ortografía debe ser impecable.
“No lo seduzcas como las demás mujeres; para eso tienes que observarlo. Escríbele si es un intelectual, llámalo a menudo para que se acostumbre a tu voz si es melómano… Intenta entrar en su mundo y sigue tu intuición. Sé original, pero sobre todo sé tú misma, y te divertirás de lo lindo”, señala.
Ojalá, piropea. Dile lo que piensas de él y lo que admiras de su persona, sin exageraciones para no caer en el papel de falsa aduladora.
Y lo más importante para ser una “femme fatale”: aprender a decir adiós. “Todos sabemos que las historias, incluso las más bonitas, apasionadas e intensas, al final se acaban. A la mujer fatal no le gustan los sollozos, por eso, cuando una situación se hace eterna sin aportarle nada, termina con ella”, dice Pims.
“Eso no quita que algunas de sus aventuras, aunque sean cortas, sean muy hermosas. A veces en nuestras vidas se cruzan personas que nos permiten ir hacia otra dirección; simplemente hacen de puente, están de paso. Lo esencial es saber irse a tiempo y que nadie salga mal parado”.