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Muchas mujeres en plan de conquista yerran en la estrategia y se convierten en las mejores amigas de aquellos hombres que pretenden conquistar. El término que da cuenta de esto ya se puso de moda y se llama “friendzonear”.
Así lo explica la coach para solteras Cristina Vásconez, quien da 5 razones por las que una mujer terminan de íntimas amigas del príncipe azul. “Una experiencia de ese tipo es muy común”, asegura.
“Ellas se sienten abatidas y sin respuesta frente a la difícil situación de sentirse siempre consideradas como amiga y nunca como pareja”, agrega.
Vásconez explica que en sus talleres de coaching para solteras recibe un sinnúmero de este tipo de casos donde cada vez que la interesada pone los ojos en un galán, siente que finalmente éste la prefiere sólo como amiga.
“Claramente hay algo que hace mal, algo está transmitiendo que la está dejando fuera del juego y por eso muchas veces se requiere pedir apoyo para abrir nuevas miradas”, explica.
“Esto y mucho más es lo que trabamos en los Talleres de Coaching para Solteras, un proceso en donde se reconoce lo que no está bien, lo que impide avanzar, para de esa forma entrar en un verdadero rediseño personal para aprender a amar bien”.
Por eso, aquí cinco razones que pueden explicar ser encasillada como la eterna amiga:
1.- Generar distancias: Si su aproximación con los hombres parte de la desconfianza, es probable que su acercamiento sea tomando precauciones excesivas y sea poco relajado. Esto hace que su actitud esté teñida por la suspicacia, la prevención a volver a equivocarse y seguramente que más de una vez haya lanzado frases que remarque su recelo hacia lo masculino. Si no da señales de interés y siempre está en el control, es altamente probable que el otro lea esta apatía y busque a alguien que sí lo aprecie. ¿Qué hacer? Revísese y vea qué de lo que le sucedió en el pasado puede volver a repetirse. Si hay cosas que deba de cambiar, hágalo. Andar por la vida portando historias antiguas es literalmente quedarse atrás y cerrarse al futuro.
2.- Ser demasiado racional: Hay personas que operan más desde la cabeza, comandadas por la razón, y le otorgan poco espacio a la flexibilidad y la sensualidad, y al mismo tiempo, cero margen al juego, la base del flirteo. Abrirse a la conquista requiere darse un tiempo para sí mismas, para dominar terrenos que cada mujer posee, conectarse con el gozo y el placer de ser quien se es. ¿Cómo cambiar? Aprender a flexibilizarse, a jugar y a tomarse la vida con más humor.
3.- Comportarse como la mamá: Si su actitud con los hombres es comandada por su lado maternal, si se instala exclusivamente en la ternura y la entrega sin límites, puede que tenga una dificultad de sacar su lado femenino, revelar sus deseos y pasiones. La femineidad no se limita a la dulzura y la contención, encierra un mundo en donde también conviven las fantasías y las pasiones, y por lo tanto conlleva explorarse para llegar a terrenos nuevos, adentrándose en lo inesperado y misterioso. ¿Dónde empezar? Partir con conectarse con su cuerpo, sintonizar con su caminar y, de a poco, extender los límites hacia placeres desconocidos.
4.- No creerse el cuento: Si tiene el juicio de ser poco bonita y piensa que en un grupo de mujeres nunca va a ser la elegida, si ya bajó los brazos y, por lo mismo, su único acceso a los hombres es desde la amistad y nunca desde la conquista, claramente usted es de las que piensa que la belleza es un estándar, un clásico de revista, un patrón de la farándula. ¿Qué trabajar? Aprender quién es usted, identificar uno a uno sus tesoros que la hacen única y donde nadie puede competirle. Acentuarlos con ingenio, sacarlos a la luz, ofrecerlos al mundo, ese es su desafío.
5.- Tomar el rol de amiga: Muchas mujeres pasan por épocas en que se definen principalmente como buenas amigas, que tienden a ser las mejores confidentes y excelentes terapeutas aficionadas. Van por todos lados dando consejos, siempre prestas a asistir a quien tenga el corazón roto y sueños por alcanzar. Poco dadas a mostrar sus propias intenciones, se acostumbran a escudarse en este personaje, lo que les trae más de una pena y las excluye del romance.
¿Cómo arreglarlo? Los seres humanos no debemos colocarnos, ni permitir que otros lo hagan, un cartel que nos clasifique. Ello, porque todos somos seres integrales con roles para distintas situaciones, por lo tanto instalarnos en uno sólo nos cercena el derecho divino de vivir en plenitud. Si usted no es terapeuta, deje de dar consejos a los hombres y enfrente los miedos que hasta ahora le impiden vivirse en totalidad.