La clave está en elaborar un plan propio que mejore tu aspecto, pero que también te permita sentirte cómoda contigo misma.
28 de Octubre de 2014 | 07:00 | Emol
¿Te acercas a los 40 y el envejecimiento es un tema que comienza a preocuparte, tanto que hasta has pensado en someterte al bisturí? Sí es así, no te apures porque como plantea Mireille Guiliano en su último libro "Las francesas no se hacen liftings" (Ediciones B), las cirugías plásticas no rejuvenecen ni alargan la vida, sino que el verdadero secreto está en la actitud.
"Una actitud positiva mejora tu vida", asegura quien es la llamada "suma sacerdotisa de la sabiduría francesa femenina" y también la autora de "Las francesas no engordan" y "Las francesas disfrutan todo el año…y no engordan" y "El toque francés". ¿Y cómo se envejece con una actitud positiva? Según Guiliano, se debe actuar de dentro hacia fuera y no al revés, como lo suponen las cirugías.
Asimismo, la autora recomienda elaborar un plan individualizado, en el que cada una utilice los recursos que más le acomodan, pero con la misma actitud básica: sentirse bien en su propia piel.
"Todos somos únicos, de modo que no existe un plan que se adapte a todo el mundo. Como es primordial elaborar tu propio plan, tendrás que hacer un trabajo preparatorio que nadie puede hacer por ti. Y un plan es un enfoque mental, una actitud", sostiene.
Así, Guiliano ofrece una serie de consejos orientados especialmente a las mujeres de mediana edad -40 años-, para que puedan estar mejor preparadas para disfrutar de las siguientes etapas de sus vida. En relación al cuidado de la piel, los siguientes son los "imprescindibles" según la autora.
- Aceite de argán: se obtiene de las nueces de argán que crecen sobre todo en Marruecos. Es excepcionalmente rico en vitamina E natural, así como en fenoles y ácido fenólico, carotenos, escualeno, ácidos grasos esenciales y algunos ácidos grasos insaturados. "Este aceite se puede obtener con creciente facilidad, y las empresas de productos cosméticos lo utilizan cada vez más en sus cremas antiedad", dice Guiliano. Su contra: no es barato.
- Cremas cosméticas: a juicio de la autora, estos productos "forman parte de un espíritu general de conservación, cuidados y mimos que produce efectos positivos". En otras palabras, con su uso no se espera obtener resultados extremos y poco naturales, sino que se busca conservar y cuidar el "exterior".
Específicamente respecto a las cremas antiedad, Guiliano afirma que son caras y que para obtener los resultados que prometen (atenuar flacidez, arrugas o manchas), deben usarse a diario y por varias semanas. "En la actualidad se califica estos productos de cosméticos, ya que todavía no se ha demostrado su eficacia médica. Gracias al uso de palabras como 'sérum', 'ADN' e incluso 'laboratorio', se los presenta o disfraza como si de medicinas se tratase", advierte.
- Exposición solar: "Es, con creces, el elemento que más contribuye a acelerar el envejecimiento", asegura la autora. Por esto, su consejo es alejarse del sol de mediodía, limitar la exposición a los rayos UV, taparse y usar un buen protector solar.
"La exposición al sol perjudica el colágeno y los tejidos conjuntivos y aumenta la rigidez de la piel. Si se prolonga en el tiempo, el cutis se endurece, agrieta y arruga, como el de un agricultor viejo", describe.
Otros factores que potencian el envejecimiento -y de los cuales hay que intentar alejarse- son el tabaco, la contaminación, la deshidratación, la mala nutrición, la falta de sueño y el consumo excesivo de alcohol.
- Limpieza: para Guiliano, ésta es la rutina más importante para lograr que tu piel se vea y esté sana. "No te vayas a la cama sin someterla a un tratamiento de limpieza que, además, te abra los poros. El jabón puede resecar la piel, de modo que cuando lo utilices no te olvides de hidratarla después. Lo mejor es encontrar un buen limpiador facial o usar la crema fría de siempre", recomienda.
- Exfoliación: la autora sugiere hacerse una periódicamente -por ejemplo, una vez a la semana- para eliminar las células muertas. "Los métodos van desde usar agua caliente y frotarse enérgicamente la cara describiendo círculos con un paño, hasta el empleo de algún exfoliante o de las mascarillas que ofrecen prácticamente todas las empresas de productos cosméticos", dice.
Tratamientos invasivos
Aunque Mireille Guiliano prefiere las opciones más naturales, igual dedica un espacio en su libro para explicar de qué se tratan los procedimientos estéticos más invasivos que, a su juicio, suelen ser engañosos.
"No pretendo ser una experta en tratamientos de belleza, y no puedo hablar de ninguno de ellos por experiencia; sin embargo creo que las mujeres mayores de cuarenta años tendrían que saber por lo menos cuáles son los resultados verdaderos de cada uno de estos tratamientos, así como los beneficios y riesgos asociados a cada uno de ellos antes de dedicarles tiempo y dinero", es su consejo.
A continuación, algunos de los aspectos que según la autora se deben conocer de ellos:
- Peeling químico: en estos procedimientos se aplican en el cutis diferentes ácidos que queman la piel, a veces a nivel superficial y otras más profundamente. Esto puede implicar ciertos riesgos que van desde sensación de escozor y enrojecimiento, hasta hinchazón, cambios permanentes en el color de la piel e incluso cicatrices. Además, todos los peeling químicos, sin importar el ácido que ocupen, provocan una mayor sensibilidad a la luz solar.
- Microdermoabrasión: es menos invasivo y consiste, básicamente, en una exfoliación, ya que se eliminan las células de piel muerta utilizando un instrumento abrasivo. Produce un poco de dolor, enrojecimiento o sensibilidad que suele desaparecer al cabo de pocas horas.
- Fotorrejuvenecimiento: en este procedimiento se utiliza la luz pulsada intensa (IPL) para corregir desequilibrios de color como manchas de sol o de edad, erupciones, rosácea o capilares rotos. No es recomendable como tratamiento antiarrugas. Casi no tiene molestias asociadas, pero existe el riesgo de que la piel se queme si no se aplica correctamente. Sus resultados duran entre 18 y 20 meses.
- Botox: si bien reduce las arrugas, si se aplica en exceso "petrifica" la cara. Sus resultados no son eternos -duran entre tres y cuatro meses-, por lo que una vez que una mujer comienza con él, puede continuar utilizándolo indefinidamente tratando de mantener la "ilusión de la juventud". Además, las inyecciones pueden provocar dolor y hematomas, dolor de cabeza y debilidad muscular corporal. Según Guiliano, el mayor riesgo del Botox es que "puedes pasar a depender de un procedimiento que, con el tiempo, en efecto te petrifica la cara. Para mí eso no es envejecer con actitud positiva".
- Lifting: es un procedimiento que implica estirar todos los músculos y la piel facial, eliminando así las arrugas y "elevando la cara". A juicio de la autora, deberían utilizarse como remedio en una etapa avanzada, no para empezar. Antes de llegar a él, Guiliano propone probar los procedimientos que utilizan el ultrasonido para incrementar la producción de colágeno, o bien los lifting con células madre. Éstos consisten en añadir células madre, con sus propiedades "potencialmente" rejuvenecedoras, a una solución de grasa que se inyecta en las arrugas y los surcos de la cara. Y si bien no es un método quirúrgico, su eficacia aún no ha sido demostrada.