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Polémica por mujeres que recurren a donantes “reales” para inseminarse

Dados los elevados precios de algunos bancos de semen, algunas mujeres han optado por buscar a “donantes gratuitos”, aquellos que sexualmente las inseminan para convertirlas en madres. Sin embargo, y a falta de regulación, existen diversos problemas a los que los futuros padres podrían enfrentarse.

21 de Noviembre de 2014 | 16:43 | Por Ángela Tapia Fariña, Emol.
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El Mercurio
“Tengo una vida como Clark Kent, así que tengo la vida de Superman”, asegura un hombre que quiso identificarse ante la prensa como “Joe”. Él, al igual que otros hombres ayuda con su esperma a decenas de mujeres a convertirse en madres, salvo que no donan su ADN a clínicas especializadas, sino que ofrecen su cooperación de forma gratuita y a través de la inseminación natural, es decir, con sexo.

“Hay gente que quiere tener millones de dólares en el mundo, pero hay otros como yo, que queremos decenas de hijos en el mundo”, agregó para explicar los motivos por los que se convirtió hace 7 años en donante gratuito de espermios.

En la red, ya existen distintos foros en los que varias mujeres consultan por posibles donantes que ofrecen, sin cobrar, sus espermatozoides y traspasados a la vieja usanza. Según señaló ABC News, entre las razones esgrimidas por ellas para buscar este tipo de ayuda para engendrar, se encuentran los altos precios cobrados por las clínicas especializadas y también porque muchas consideran que el sexo es una manera más óptima que la inseminación artificial para la concepción.

En cuanto a “Joe”, el hombre aseguró haberse acostado ya con al menos 100 mujeres desde que se ofrece como donante, y que a la fecha, se ha convertido en padre de al menos 30 niños. Eso, sin contar los tres adolescentes que ya tiene con su esposa, en una familia que desconoce por completo el, entre comillas, trabajo paralelo que tiene este empresario de internet.

“Sería incapaz de tener todos los hijos que quiero en mi relación, y sería irracional pedirle a una sola mujer que dé a luz a 30 niños”, dijo, para explicar su obsesión por la paternidad.

Enfermedades de transmisión sexual y posibles problemas de custodia: el riesgo del método natural

Uno de los bancos de esperma más conocidos de Estados Unidos –y que incluso cuenta con perfiles de hombres chilenos- es el “California CryoBank", con el que varias clínicas nacionales trabaja para inseminar a mujeres chilenas.

Según señaló La Segunda hace unos meses, tras inscribirse gratis a través de internet, es posible ver el catálogo de donantes. Sin embargo, es necesario pagar U$145 y hasta 250, para poder acceder a información como su historial clínico, sus intereses personales y ver fotografías de la infancia del hombre.

Y si bien el precio del esperma varía según las dosis solicitadas, hay costos fijos como el envío a Chile (unos US$550) y la garantía que obligan a dejar por el tanque en que se transporta el semen, de US$500. Si a esto se le suma el tratamiento médico para la inseminación, bien puede superar varios millones de pesos.

Pero desde el año 2012, en Valparaíso, Inbiocriotec funciona como el único banco de semen de donantes anónimos en el país.

Según señaló su gerente general, Claudio Aguirre, los pacientes interesados y que cuentan con un respaldo médico, se contactan con el banco y pueden optar por donaciones, guiándose por datos como compatibilidad con el grupo sanguíneo y colores de cabello, ojos y piel, de modo de buscar características parecidas con quien será el eventual padre del menor.

El precio por muestras del banco van desde los 350 dólares, más los costos de envío con nitrógeno líquido, para mantener el semen en temperaturas óptimas.

La imposibilidad de pagar las sumas de dinero ha hecho que en EE.UU. varias mujeres se enfoquen en la búsqueda de donantes gratuitos como “Joe”. Sin embargo, no son pocos los sitios donde advierten de los riesgos que existen con la “inseminación natural”, como posibles complicaciones legales con la custodia del hijo o pago de pensión –si el padre biológico decide formar parte de la vida del menor-, además del contagio de enfermedades de transmisión sexual, problemas genéticas heredables que se desconocen del donante.

Estos últimos son dos aspectos evaluados por las clínicas convencionales que trabajan como bancos de esperma y que, entre otras cosas, justificarían sus elevados precios.

En el caso del banco chileno, Aguirre explicó que a los donantes, al ser anónimos, están totalmente desvinculados del hijo que podría nacer. Además, se les exige ser menores de 35 años y llevar un estilo de vida sano, para garantizar la calidad de las muestras. “Evitamos problemas como enfermedades de transmisión sexual con tests y posibles problemas genéticos, al menos con los que son fáciles de detectar. Pero el resto está determinado por la propia naturaleza”, agregó.

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