Un divorcio es triste, más aún si es la otra persona la que quiso a toda costa llevarlo a cabo, pese a todas las conversaciones e intentos desesperados por salvar el matrimonio.
A esas personas que lo están pasando mal por el quiebre, por ser los que no querían dar fin a la vida conyugal, la sicoterapeuta
Abby Rodman escribió varios consejos que pueden ayudarlas a salir del pozo de la rabia, la frustración y la pena.
La autora de libros como "Should You Marry Him?" (¿Deberías casarte con él?), se encuentra trabajando en un segundo texto basado en sus investigaciones con mujeres de mediana edad que atraviesan una separación y, paralelamente, escribe en su blog sobre el tema, tal como lo hizo este mes con su posteo “
Enfrentando el divorcio que no querías”.
“Seguramente nunca quisiste ser un miembro del club de los divorciados y te sientes herida y enojada. Tu pareja sí lo quiso y tú no. Y, pese a los ruegos, las negociaciones y el razonamiento, no pudiste cambiar su parecer”, escribió Rodman.
El entorno, la familia y los amigos, suelen estar ahí con el mejor de sus consejos: “Ya pasará”, “sé fuerte”, “sigue con tu vida”, “distráete”, suelen ser comentarios comunes hacia los que están de frente a un quiebre. Y por más que se trata de mantener la agenda ocupada con actividades que despejen la mente, ¿es posible reordenar la serie de sentimientos que afloran con un triste desenlace amoroso?
Para Rodman, un divorcio es una transición que, para llegar a buen puerto mental, requiere algunos pasos que, con paciencia y esperanza, sanarán las heridas.
Por esto la terapeuta recomienda:
1.- Cambia el foco de tu tema: Después de hablar una y otra vez sobre tu separación y cómo la cruel de tu pareja puso punto final al matrimonio, Rodman aconseja transformar la versión de los hechos en una más útil para el aprendizaje y que incluya el propio empoderamiento.
“No tengo dudas de que tu pareja fue un canalla insensible que se aprovechó de tu amabilidad y confianza. Peor no hay crecimiento sin autoreflexión. No se trata de autoculparse, sino de tener claridad. Y esa claridad es impagable cuando se quiere abrir posibilidades de cambio y relaciones sanas (a futuro)”, señaló.
2.- Date cuenta que tu ex te hizo un favor: La cosa es simple. ¿Quién quiere permanecer casada a alguien que ya no la quiere o no está dispuesto a compartir su vida amorosa con ella? Nadie. Este pensamiento tan lógico y básico es el que la terapeuta invita a recordar para superar la frustración.
3.- Recuerda que la vida de tu ex no es perfecta: Puede que ya haya retomado su vida amorosa y suba a las redes sociales fotos en las que aparece muerto de la risa. Pero Rodman invita a tomar conciencia que él debe estar lidiando con los mismos problemas rutinarios de la vida que tú.
4.- Preocúpate de tus hijos: Sin importar la edad que tengan, los hijos no deben recordar el divorcio de sus padres, como el episodio en que te vieron tocar fondo y entregarte a la depresión.
“Si te está costando retomar tu vida después de una separación por ti misma, hazlo por tus hijos. Dales a tus hijos un recuerdo del divorcio, que los deje admirándote por tu fuerza y resilencia”, comentó la experta.
5.- Retoma tus sueños: Ahora que has vuelto a estar sola, tienes la libertad de retomar todos esos planes que alguna vez tuviste y que fueron frenados o puestos en pausa por la vida en pareja. Hoy es el momento de hacer los sueños realidad, asegura Rodman.
6.- Toma conciencia que no estás peor que otros separados: Por más que mires a tu alrededor y veas gente que se ha divorciado y parece tan feliz y entera, no te engañes. “(Ellos) no son diferentes a ti”, dice la terapeuta.
“¿Crees que ellos han sorteado su divorcio sin esfuerzo ni pena? No fue así, nadie lo hace. Ellos solo tomaron la sana decisión de no permitir que sus divorcios fueran el tema central de sus vidas”, comentó.
7.- Bota lo que ya no te sirva: “Si hay algo bello en el divorcio es la oportunidad que te da de reevaluar y reestructurar (tu vida y lo que te rodea)”, reflexiona Rodman.
Después de la revolución que puede significar una separación, siempre hay que ver qué fue lo que quedó entre las ruinas; una amistad que se reafirmó ahora que estuviste mal, u otras que se alejaron o no respondieron como esperabas, por ejemplo.
Ahora es el momento de enfocarte en los que valen la pena y decirle adiós, de buena forma, a quienes no merecen tu consideración.