"Me gusta". "Se ve como mi hermana". "No es como otras muñecas, ella no es tan delgada". Estos son algunos de los comentarios que
niños de segundo grado hicieron sobre la nueva muñeca Lammily, una creación del artista Nickolay Lamm y cuya principal características es que sus proporciones son las de una mujer promedio de 19 años.
Y no sólo eso. Lammily también puede ser personalizada con stickers que permiten ponerle un lunar o un tatuaje, pero también ciertos rasgos que comúnmente son considerados un "defecto", como celulitis, estrías o marcas de acné. Es decir, el juguete ofrece una idea bastante realista de lo que es ser mujer, no sólo en el aspecto físico sino que también en otros como por ejemplo las actividades que realiza.
De hecho, cuando a los niños se les pregunta respecto al trabajo que realiza Lammily, responden que es profesora o trabaja con un computador. Luego les plantean la misma interrogante respecto a la famosa muñeca Barbie y señalan que ésta es surfista, modelo, maquilladora e incluso hay una niña que se aventura a decir que "parece como si no hiciera ningún trabajo".
"La muñeca Lammily fue diseñada para que no se vea como nada fuera de lo común. Siento que al hacer que una muñeca se vea común, se desvía la atención desde la apariencia de la muñeca y la pone en lo que hace", explicó su creador a
Tendencias y Mujer.
Según relata Nickolay Lamm en el
sitio web de Lammily, la idea de crear el juguete le surgió al preguntarse: ¿Qué pasaría si las muñecas de moda se hicieran usando las proporciones del cuerpo humano estándar? Así, en marzo comenzó una campaña de recaudación de fondos para crearla y ahora está lista para su venta.
"Mi plan es que tengan diferentes formas de cuerpo y sean de distintas etnias, así que ésta es sólo la primera muñeca de la línea Lammily", adelantó Nickolay Lamm, quien aseguró que el juguete está disponible para ser enviado a Chile si se compra por internet.
Consultado respecto a la posibilidad de que Lammily se imponga a Barbie en la próxima Navidad, el creador de la muñeca es claro. "Estoy seguro de que a algunas niñas les gustará Lammily y a otras Barbie. Con Lammily sólo quería ofrecer una opción que antes no estaba disponible. Siento que Barbie es un gran producto", dijo.
"Un ideal mucho más factible de seguir"
Pero, ¿son las muñecas realistas un juguete positivo para las niñas o su objetivo es más bien comercial? "Por supuesto que son beneficiosas, porque de esa manera las niñas tienen un concepto mucho más real de lo que es ser mujer. Y cuando quieran seguir ciertos modelos, se van a dar cuenta de que no es necesario seguir un estereotipo de delgadez absoluta como son las Monster High, las Barbie, las Bratz y todas esas muñecas", opina la psicóloga infantil Varinia Signorelli.
Sin embargo, la especialista hace hincapié en que si bien las muñecas como Lammily proponen "un ideal mucho más factible de seguir", eso no asegura que las niñas vayan a identificarse con algo positivo, como sí lo hace la conducta de la madre frente a distintos estímulos.
"Más que el hecho de tener una muñeca flaca, gorda, con estrías o sin estrías, lo importante es la connotación que los adultos, la madre específicamente, le dan a esto de ser o no ser de una determinada forma. Porque en el fondo una niña puede tener la muñeca a la que le puede poner stickers con estrías y desde ahí puede darse cuenta de que las mujeres tienen estrías. Pero si su mamá se está comprando todo el tiempo cremas antiestrías porque le molestan las suyas y se siente disconforme con su propia imagen, está haciendo dieta y le está dando la directriz de que debe ser más flaca, que no debe comer tanto, igual la niña va a tener esta necesidad de identificarse al deseo de la madre, en el fondo, a su modelo de belleza", explica.
En otras palabras, según la psicóloga si bien está bien que existan otras posibilidades que tienen que ver con la realidad, estas muñecas no son la solución a problemas como, por ejemplo, la anorexia. "Tenemos que mirarnos a nosotros como adultos en nuestra búsqueda de ideales, más que en los juguetes", enfatiza.
Y agrega: "Lo único que niñas y niños buscan es sentirse amados por sus padres y para lograrlo son capaces de adherir a distintos ideales propios de sus padres. Es así que vemos niños que se convierten, por ejemplo, en tenistas, porque sus padres no pudieron serlo. Pero es mucho más común que nos enfoquemos en ideales de belleza, porque la publicidad nos bombardea y es lo que buscamos todas como mujer, y nuestras hijas nos están mirando".
