¿A qué se refiere, la gente en general, cuando catalogan una relación sexual como “buena”? ¿A tener orgasmos múltiples? ¿Que la penetración sea larga? ¿Tener sexo con amor? Estas son preguntas que ni la ciencia aún ha podido responderse.
Sin embargo, en el último tiempo tanto científicos como especialistas han publicado estudios donde tratan de dar con la fórmula perfecta para tener una vida sexual satisfactoria.
Una de las últimas investigaciones que generó revuelo en el mundo de la sexología es una publicada por la Universidad Estatal de Pennsylvania, Estados Unidos, donde un grupo de 50 profesionales del área de la salud y ciencias sociales, definió la calidad de una relación sexual acorde a los minutos de penetración, para erradicar la idea de que una pareja necesita mucho tiempo para sentirse a gusto.
Así, el estudio concluyó que de 1 a 2 minutos el coito era “demasiado corto”; de 3 a 7 minutos, “adecuado; de 7 a 13 minutos, “deseable; y de 10 a 30 minutos, “demasiado largo”.
El autor principal del artículo y profesor de psicología de la misma casa de estudios, Eric Corty, señala que “un gran porcentaje de hombres y mujeres afirman querer que su actividad sexual dure 30 minutos o más. Esta idea es propicia para la decepción y el descontento, y con este estudio, esperamos disipar algunas fantasías y alentar a las personas con datos realistas sobre lo que es un acto sexual aceptable”.
Una visión parecida tiene la psicóloga especialista en sexualidad y fundadora de Buildlove.cl,
Nerea de Ugarte, quien asegura que la sociedad y los medios “meten en la cabeza una idea de sexualidad que no es verdad”.
“En algunos casos se cree que una buena relación sexual debe durar 30 minutos, y generalmente eso lo escucharon de un amigo, lo leyeron en una revista o en una lista de consejos y técnicas para “durar más en una relación sexual”. Eso va poniendo como meta una relación sexual que no existe”, agrega.
Según la especialista, esto podría ser más perjudicial para los hombres ya que cuando se alarga mucho una relación sexual, y tienen problemas para mantener la erección, ellos se cuestionan un posible padecimiento de disfunción eréctil, cuando en muchos casos no es así.
De Ugarte afirma que si lo ideal sería tener una relación sexual de 30 minutos, para la pareja sería “una lata” tener sexo ya que ambos quedarían muy cansados y el acto en sí se volvería aburrido.
“Si cada vez que yo voy a tener una relación sexual, sé que se me viene una maratón y que va a durar media hora y voy a perder una hora de sueño, con esa expectativa voy a terminar generalizando, generando una sensación de ‘qué lata tener sexo’, mejor lo evito porque ya sé lo que es”, comenta.
La experta hace una distinción en la variable de duración de una relación sexual. “Hay un tremendo tiempo antes de la penetración que también es parte de una relación sexual”, indica.
Es por ello que este tipo de estudios da a pensar que la concepción de una relación sexual es sólo la penetración, siendo que algunas visiones hacen referencia a que comienza desde el último encuentro sexual. “Uno vive erotizándose o debería vivir erotizándose en pareja”, agrega.
Tener sexo no se trata de batir récordsAlgunos hombres piensan que para satisfacer y hacer feliz a una mujer deben superar el tiempo de penetración de la anterior relación sexual.
Desde ese punto de vista, Corty plantea que “puede ser psicológicamente perjudicial tratar de llegar a una meta que no es razonable. El sexo consiste en mantener un intimidad con alguien, y no en intentar establecer un récord”.
En esa línea, de Ugarte aclara que “si vivimos midiendo nuestra vida sexual a través de parámetros establecidos externamente, vamos a terminar pasándolo mal en la cama. Mi única recomendación es que lean estas cosas porque son entretenidas, pero que vivan su sexualidad como cada uno piense, sienta y quiera”.
Este estudio puede ayudar en el tratamiento de las personas con problemas sexuales, que en muchos casos no son reales, porque se basan en una construcción social externa y creen que están haciendo algo mal. También ayuda a eliminar la preocupación acerca de que cuánto debe durar el coito.
Y es lo que más rescata la especialista: “Me parece bueno que la orientación del estudio vaya a disipar las expectativas sexuales, porque efectivamente que algunas son las principales causas de disfunciones de algunas personas (…) Me parece bueno y bastante más realista el hecho de bajar las expectativas a números más razonables”.