Desde pequeñas, a las mujeres se les instruye una y otra vez en la importancia que tiene el cuidado de su área genital, en especial la delicada zona de la vagina. Que hay que preservar el pH evitando el uso de jabones; que durante las menstruaciones los tampones deben usarse por breves períodos de tiempo para evitar infecciones; o que la ropa interior debe ser preferentemente de algodón para absorber la humedad y así evitar los hongos, son algunas de las recomendaciones que con frecuencia se dan.
Sin embargo, no en todas las culturas es así y a veces por falta de educación, las mujeres realizan prácticas que ponen en grave riesgo su salud. Es lo que ocurre en algunos países del centro y sur de África e Indonesia, y sobre lo cual la revista
"Vice" alertó en un artículo que publicó a comienzos de diciembre, que tituló "'Sexo seco' es el problema de salud sexual africano del que nadie habla".
¿De qué se trata? El "sexo seco" básicamente consiste en la reducción de la humedad natural de la vagina, para que ésta parezca más contraída y así se produzca mayor fricción durante la relación sexual, todo esto con el objetivo de que el hombre obtenga más placer.
El problema es que para lograr la sequedad que buscan, las mujeres usan métodos muy peligrosos, entre ellos introducir en sus vaginas elementos como tiza, arena, roca pulverizada, hierbas, papel o esponjas antes de tener sexo. Y eso no es todo, porque -según el artículo- las duchas vaginales con productos abrasivos como detergentes, antisépticos o alcohol también son muy comunes.
"Es una locura", opina enfático Enrique Oyarzún, gineco-obstetra de Red de Salud UC CHRISTUS, al ser consultado sobre esta práctica. El especialista explica que, en general, la lubricación vaginal que se produce durante el acto sexual, es clave para el placer que tanto la mujer como el hombre puedan sentir. En este sentido, asegura que la primera desventaja que presenta el "sexo seco" es el dolor que implica para la mujer.
"Si bien es cierto que, en esta diversidad de la especie humana, pudiera haber un grupo de individuos para los que el tener más dolor durante la relación sexual le pudiera causar placer, hay que aceptar que eso constituye algo excepcional, más bien una rareza diría yo", afirma Oyarzún.
Asimismo, el gineco-obstetra sostiene que el nivel de sequedad que se puede lograr con tiza, arena y los otros elementos que nombra el artículo de "Vice", es tal que favorece la aparición de lesiones en la vagina. "Esas heridas pueden tener consecuencias a mediano y largo plazo para la mujer (…) Pueden suponer infecciones, entrada de gérmenes a través de las heridas y mayor compromiso en infecciones de transmisión sexual (…) Yo creo que es un problema mayor, sin ninguna ventaja", asegura.
Por otro lado, Enrique Oyarzún considera que detrás del objetivo que aparentemente tiene la práctica -que el hombre logre más placer- hay una concepción muy machista y anticuada. "La relación sexual es una cosa de a dos y no de a uno", enfatiza.
De hecho, en el artículo publicado por "Vice", la sexóloga Marlene Wasserman, quien conduce un programa radial que busca combatir la desinformación sobre salud sexual que existe en Sudáfrica, afirmó que el silencio que hay en torno al "sexo seco" no sólo se debe a la ignorancia, sino también a la falta de educación sexual en lo que se refiere a la igualdad del placer y los derechos de las mujeres.
"Es sin duda un problema de clase… entre las mujeres que están menos informadas y menos educadas, hay una increíble ignorancia en torno a la idea de que la vagina se adapta al pene. La gente cree que si estás con un hombre con un pene grande significa que tu vagina quedará así de grande. Y si terminas con él y te vas con un hombre con un pene más pequeño, tu vagina todavía será grande y él sabrá que estuviste con otros hombres con penes grandes (…) No querrá estar contigo. La reputación de una mujer depende del tamaño de su vagina", sostuvo.
La especialista agregó que esta creencia ha sido transmitida entre las mujeres de generación en generación. "Siempre ha existido, la necesidad de tener una vagina apretada. Se relaciona con juventud. Pero también se ha mezclado con el mito", dijo, y agregó: "Se trata de educar a la gente y tratar de crear conciencia".