Jenny Scott era una exitosa diseñadora gráfica hasta que a los 28 años tuvo a su primer hijo y de pronto se descubrió buscando grupos de apoyo en internet, para estar en contacto con otras mujeres que, tal como ella, estuvieran insertas en el mundo de la maternidad. Sin embargo, decidió crear su propio sitio web, al que bautizó como
"Mothers Meeting" (Reunión de madres), en el que no sólo se entregan consejos prácticos relacionados con la crianza, sino que también información sobre estilo de vida, eventos, etc.
Y tras cuatro años en ello, esta británica decidió publicar un libro para compartir los consejos y conocimientos de todas quienes participan en "Mothers Meeting". "'How to Be a Mama Without Losing Your Cool' es para madres de todas las edades, de todos los orígenes, que están buscando hacer algo más de su limitado tiempo libre, y ser más que una mamá".
Pero Jenny también aprovechó su libro para hacer una clasificación de los distintos tipos de madres. Revisa aquí si te identificas con alguna.
1.- La perfecta: esta madre no pasa desapercibida, porque una nube de Chanel la envuelve cuando camina con su cabellera rubia, sus labios gruesos y su brillo perfecto. "Todos asumen que tiene un ejército de ayudantes, su 4x4 siempre se ve inmaculado y está casi garantizado que usa ropa interior de conjunto", describe Jenny. Además, todas las demás madres quieren que ésta las invite a su casa con diseño interior.
2.- La ecológica: es aquella que, tras conocerla, deja a las otras con un sentimiento de culpa porque han alimentado a sus hijos con leche de vaca o los bañan con jabón que contiene parabenos. "Además de ser una madre, el trabajo de esta mujer es salvar al mundo a través de la salud y el fitness", dice Jenny.
3.- La rock 'n' roll: es posible que esta mujer esté casada con algún miembro de una banda de música y generalmente se viste con ropa de diseño animal print. Está interesada en el deporte o en ponerse en forma, y rara vez tiene tiempo para pararse afuera del colegio a conversar con otras mamás, porque "ser una madre rock 'n' roll es una ocupación de tiempo completo".
4.- La autoexigente: a ella no le basta con ser una buena mamá, sino que también es importante sentirse confiada y verse bien. Son mujeres muy orgullosas, que no entienden la filosofía de "dejarse estar" después de tener hijos. Eso sí, no son competitivas, sino que inspiradoras, motivadoras y siempre están listas para apoyar a quienes lo necesiten.
La clasificación chilenaEn Chile también existen categorías de mamás, algunas de las cuales son descritas por Josefina Reutter en su libro "Cuicoterapia" (Planeta). Y aunque en su clasificación se enfoca más hacia lo "cuico", sostiene que las "mamás cuicas" son iguales a todas las madres. "Algunas más aprensivas, otras más relajadas, otras privilegian su vida personal y otras son más culposas", dice.
De esta manera, la autora distingue a:
1.- La empoderada: es aquella mujer que manda, tiene el control de su vida, tiene actitud y es segura. En relación a los hijos, hace turnos en el colegio porque para ella es demasiado esclavizante ir a buscarlos todos los días; hace tareas y estudia con ellos, y en caso de que alguno tenga dificultades, le contrata a una profesora particular "Es práctica, y si hay algún problema, ella va a buscar la solución y no se va a desgastar armargándose ni sufriendo demás", dice Reutter.
Además, aunque es parte del grupo de Whatsapp de los cursos de sus niños, sólo escribe para confirmar algo y nunca lee todos los mensajes porque cree que hacerlo es perder el tiempo. Participa de las reuniones y eventos del colegio, a los que va con su marido, pero si tiene una comida o está de viaje, le pide a él que vaya solo.
Por último, no malcría a sus hijos por nada del mundo. Ellos deben acostarse solos, temprano y jamás pasarse a su cama. ¡Ah! Y no siente culpa por esto, porque tiene claro que tiene que tener tiempo para sí misma.
2.- La "besi" o dulzona: "Es, en muchos aspectos, lo contrario de la empoderada (…) Es culposa, sí necesita estar todo el día pendiente de los niños y de su casa", la describe Reutter. Por esto, es de esas mujeres a las que les encanta ir al colegio de sus niños, es su lugar y su tema de conversación favorito, por lo que va todos los días a buscar a sus hijos. También los ayuda a estudiar, tengan prueba o no, y tiene un sector de la casa dedicado a ello. "Es tanto lo que se involucra con el colegio, que cuando uno de sus hijos tiene prueba, ella dice: 'Tenemos prueba de historia'". Además, ama los Whatsapp de curso, seguramente es la delegada de éste y se luce en las kermesses.
Fuera del colegio, los hijos de este tipo de madres están inscritos en cualquier actividad extraprogramática o taller que pueda imaginarse, y ella los lleva, los trae e incluso a veces los espera.
3.- La cluelees o "en la luna": a estas mujeres todo lo relacionado con el colegio las confunde y es común escucharlas decir "es que soy tan volá, nunca cacho nada" para asegurarse de que todos sepan que es despistada. "Es la que manda a su hijo con buzo el día que avisaron (por todos los medios) que tenía que ir con uniforme completo o la que nunca manda el juguete para el hogar que apadrina el curso o cualquier campaña social", explica Reutter, y agrega: "Esto no quiere decir que no se preocupe de sus hijos, es simplemente que es 'volada' y no logra retener nombres, cursos, fechas, horas, lugares y direcciones". Por esto, dice la autora, generalmente se "hacen" de una informante/ayudante/salvadora a la que le preguntan todas sus dudas, para después decirle "te amo" o "eres seca".
Y aunque pareciera que no mira los Whatsapp del curso, sí lo hace pero no retiene (o no quiere retener) la información que ahí se da. "Sabe que siempre va a haber alguien que sepa las cosas, por lo que no le parece necesario aprendérselas, memorizarlas, ocupar tiempo y espacio en su cabeza para algo que de todas maneras va a lograr resolver", sostiene Reutter.
4.- La naif o que vive en un mundo paralelo: tampoco está muy alerta de lo que pasa, pero es ingenua, casi infantil, muy dulce, amorosa y preocupada. Se dedica mucho a los hijos, pero sobre todo en aspectos como estar con ellos, compartir actividades con ellos, darles la comida, bañarlos, contarles cuentos, etc. Asimismo, les restringe a los niños las cosas "ricas", para que sólo las coman los fines de semana o cuando la ocasión lo amerite, y los cría siguiendo las guías de libros de autoayuda, psicología o artículos de prensa. Por esto, cuando alguno de sus hijos se sale de lo acostumbrado, ella entra en colapso.
"En ese momento recurrirá a otro tanto de literatura o se cansará de buscar en Google dónde está el problema o cómo se puede solucionar. Es muy probable que pida entrevista con la profesora una y otra vez o que lleve a su hijo a una psicóloga, lo que sea con tal de salir de este impasse", señala la autora.