El Mercurio
A casi un año en el cargo, la Ministra del Deportes asegura que ha logrado vencer las suspicacias que levantó el hecho de que designaran en ese puesto a una psicóloga experta en criminología. Cuando se le pregunta, se ríe tranquila, y acota que no se puede soslayar que también tiene una formación en políticas públicas.
“Creo que cuando la gente está preocupada del perfil y las capacidades de un ministro es porque, en definitiva, está preocupada del tema”, dice.
En las últimas semanas Natalia Riffo ha tenido una agenda sobre cargada con viajes a regiones, su presencia en distintas etapas del Rally Dakar y la visita de los estadios sedes de la Copa América. Atrás han quedado diversas polémicas como fue la definición del presupuesto para la cartera, que en un principio, destinaba recursos al acápite entradas de ese evento y relegaba el deporte de alto rendimiento.
-¿Crees que el hecho de ser mujer también influyó en las suspicacias de tu nombramiento, cuando se entiende que el deporte en Chile es un mundo más bien de hombres, de periodistas hombres, de muchos futboleros?
“Es un mundo masculino, efectivamente, pero creo que se ha ido avanzando en un rol de la mujer en el deporte, donde tenemos deportistas espectaculares mujeres. En la dirigencia deportiva creo que estamos más atrás, es más masculina. Hace algunas semanas me junté con mujeres deportistas de alto rendimiento y ellas tienen un listado de solicitudes que tenemos que trabajar en conjunto. Si bien es un mundo masculino, creo que nos hemos ganado un espacio y hay que seguir avanzando”.
-¿Ministra, te gusta el fútbol?
“Sí, tengo hijos hombres, vivo con mi marido y mis dos hijos menores” (se ríe).
-La pregunta apunta a que en Chile el deporte se visualiza a partir de la pelota y 11 jugadores. Muy pocos otros deportes encuentran espacio.
“Creo que hay que separar cosas porque hay que reconocer que una cosa es lo que se ve y sabemos que lo que no se ve, no existe. Lo que uno ve en la prensa, en la televisión, es un porcentaje muy importante de fútbol, pero, en la vida cotidiana, en los barrios, se observa no sólo fútbol, sino que también el desarrollo de otras actividades físicas como el trote, la bicicleta. Ahora, sobre otras disciplinas… es un tema en el que tenemos que ir poniendo más el acento y ojalá pudiéramos tener un espacio de difusión. Hay mucho que mostrar”.
-Sí, pero en Chile los niños sueñan más con ser Alexis Sánchez que Tomás González.
“Te acuerdas cuando Marcelo Ríos fue número 1; uno veía a los niños con la raqueta de tenis. Hay un trabajo que realizar con nuestros héroes, con nuestros deportistas de alto rendimiento de otros deportes y que sean ejemplo para los niños. También está en cómo nosotros, como ministerio, generamos las condiciones para que se desarrollen otro tipo de deportes, cómo tenemos escuelas deportivas, cómo generamos un vínculo entre el deporte formativo y el especializado donde los niños puedan pasar de practicar basquetbol a un sistema más competitivo”.
La ministra descarta que la imagen de país futbolero se haya acrecentado a partir de la polémica que hubo por establecer un presupuesto para subvencionar las entradas de la Copa América y que implicó una protesta de los deportistas de alto rendimiento. “Que se hayan levantado para señalar lo que ellos querían me parece espectacular; creo que fue muy bueno”, dice.
-¿No fue un levantar la voz diciendo ‘nuevamente el fútbol nos arrasa’?
“Yo me junté con ellos y había opiniones bien divergentes. Aquí no se trata o el fútbol o el deporte de alto rendimiento; hay deporte que efectivamente podrían tener más difusión, pero no es que ellos estén en contra del fútbol. No hay que demonizarlo, no es culpa del fútbol que tenga mayor cobertura en la prensa. Las conversaciones que tuvimos fueron en torno a sus necesidades y desafíos y ellos nunca habían tenido un presupuesto como el que lograron”.
-Más allá de este episodio, siempre está la sensación de que el deporte de alto rendimiento es como el hermano pobre y deben terminar recurriendo a Farkas. ¿No le da pena?
“Creo que no es así, no estoy de acuerdo. Y es súper importante transparentar los recursos que se entregan y el rol que tiene el Estado en el presupuesto de alto rendimiento. Todas las políticas públicas se tienen que focalizar, nunca alcanza para todos y algunos se pueden quedar abajo, pero el 98% del presupuesto del alto rendimiento es financiado por el Ministerio del Deporte. O sea, financiamos no sólo las competencias, sino que los entrenadores, las becas, tenemos un centro de alto rendimiento, infraestructura a su disposición.
“Está muy bien que algunos privados puedan poner recursos cuando a algunos les falte, pero es muy marginal en relación al aporte que hace el Estado”.
Natalia Riffo indica que todo lo anterior va acompañado de políticas destinadas a generar nuevas figuras en todas las disciplinas, lo que además implica priorizar ciertos deportes de acuerdo a las condiciones naturales de cada región. Es así como en Valdivia o Concepción se potencia el canotaje, en otros como Iquique y Arica se refuerza el surf y así. “Esto es un proceso a mediano y largo plazo”, afirma.
-Ya has recorrido gran parte del país, ¿cómo observas que los chilenos viven el deporte en la base? ¿Fútbol nuevamente?
(Se ríe) “Lo que se ve es el desarrollo de disciplinas muy distintas. En el norte, está el judo, el surf, el canotaje en Valdivia y San Pedro de la Paz, en comunas huilliches hay club de surf”.
-Antaño la política gubernamental era poner pasto en las canchas de tierra en el entendido de que el fútbol es masivo. ¿Cuánto ha cambiado?
“En este gobierno estamos construyendo 30 centros deportivos integrales que tienen una característica central que es responder a la identidad de los territorios; conversamos con la comunidad para que fuera la misma gente la que nos dijera qué es lo que querían y salieron múltiples deportes. Ahí uno se da cuenta que quieren hacer otras cosas que no son fútbol. Cuando uno va a terreno entiende que hay que poner los recursos donde la gente quiere y no quiere sólo fútbol”.
-¿En este camino, se convenció de que somos sedentarios o ya no tanto?
“Uno ve las cifras y son un poco dramáticas en sedentarismo y sobrepeso, especialmente en los niños, pero por eso es tan importante ser un ministerio, porque nos permite hacer un trabajo intersectorial en donde estos temas no son sólo responsabilidad de este ministerio, sino que estamos trabajando con Educación y Salud, en particular, porque deben haber políticas compartidas. Está demostrado que mientras más temprano se empieza con los niños con actividad deportiva se tiene adultos jóvenes con adherencia a esa actividad, por eso hay que partir con los niños a los 2 años en los jardines. Bajar las tasas de sedentarismo no es de un día para otro, pero vamos avanzando”.