Su historia personal en cierta forma explica su visión y postulados; su vida escolar comprendió tres colegios particulares, el Andreé, Santiago College y Las Teresianas, a los que postuló voluntariamente, con el apoyo de sus padres, buscando conocer y experimentar distintas formas de enseñanza, entre ellas, la laica y católica. Luego, tras recibirse de socióloga en la UC, obtuvo un master en el Instituto de Ciencias Políticas de París.
Mirentxu Anaya, directora de la
ONG Educacion2020 es una convencida de que la inclusión y diversidad en el sistema escolar son los pilares de una educación de calidad, esa que no se define por la entrega de conocimientos específicos, sino que por la formación de personas integrales y solidarias.
A casi un año de haberse iniciado el debate de la reforma educacional declara sentirse cansada, pero a la vez, esperanzada de que todo rendirá fruto y se podrán hacer los cambios estructurales que Chile necesita.
Reconoce que el debate ha sido intenso e ideologizado, donde aparecen visiones de país muy distintas y que explican por qué nos encontramos en la situación actual. “Esto ha sido un ejercicio de mucho diálogo y tolerancia y si llegamos a un acuerdo será porque no estamos tan mal como país”, decía confiada antes de que ayer el Congreso despachara a ley la reforma.
Mirentxu se declara preocupada por algunas creencias arraigadas en nuestra sociedad, y que aquí se han hecho visibles en el debate, como que para algunos “la inclusión no es buena o que algunos padres salgan a marchar porque quieren pagar por educación”.
“Hace algunos días le pregunté a niños de 7to básico de un colegio en una comuna muy vulnerable, qué medidas tomarían si fueran los directores y me dijeron que seleccionarían más porque se están llenando de flaites”, cuenta desanimada. “Es doloroso escuchar que los propios niños te digan que no quieren mezclarse con flaites porque te muestra que el tema, la ideología de la segregación, es muy profundo”.
-¿Esos padres que marchan porque quieren seguir pagando lo hacen con la visión de que reciben una mejor educación?
“Esos padres sienten que por el hecho de pagar están más comprometidos con la educación de sus hijos y que eso los diferencia con los otros que no están ni ahí con la educación de sus hijos. Ellos creen que con eso están protegidos de otros que vienen de familias a los cuales no les importa la educación. El Ciade sacó un estudio que dice que la principal razón por la que los padres quieren pagar es porque quieren seguridad, con niños provenientes de familias parecidas. Además, asumen que si ponen un poco de dinero, al colegio le debería ir mejor, pero el problema es que si vemos los resultados, a los colegios de copago no les va mejor”.
-Se habla de integración y fin de la segregación, ¿por qué pedirle a la educación un objetivo tan grande que tiene su origen en otros hechos como el desarrollo de las ciudades y el modelo económico? ¿No es una responsabilidad demasiado grande para ella?“Se le pide a la educación eso porque esa es su razón de ser. La educación pública define cuál es el ciudadano país que queremos; las escuelas son una mini sociedad donde se transmite a los estudiantes la identidad país, entonces cómo no pedirle eso. Ahora esto no quita que tengamos que hacer otras acciones”.
Mirentxu reafirma la necesidad de abordar el tema de la segregación en las escuelas aunque éstas se encuentren ubicadas en un ghetto urbanístico, porque los estudios demuestran que hay mayor segregación dentro de las escuelas que dentro de los barrios. Es decir, que cuando se hace selección y copago, se está dando paso a sub ghettos.
“Hay que tener una visión a largo plazo de país; el modelo económico y la urbanización surge por personas que fueron educadas bajo esa lógica y eso ha derivado en el país que tenemos. Quedan dos caminos: partir desde la educación con mucha fuerza, tratando de establecer cuál ciudadano queremos -sí inclusivo, tolerante, cohesionado- y asumir otras políticas que contribuyen a lo mismo”, insiste.
-¿Un proyecto de ley puede cambiar todo lo anterior?“Un proyecto de ley avanza en el sentido de tener un piso diferente, pero si eso no se acompaña de una formación a los docentes, no se logrará. La gran clave es que los docentes sepan gestionar la diversidad en el aula, porque sólo con ellos se va a dar cuenta de los beneficios que tiene la inclusión. Si no se sabe gestionar esa inclusión, puede ser también un desastre. Nos estamos jugando la comprobación de que la inclusión es algo positivo y para eso se necesita un plan de apoyo docente importante”.
-¿Qué te provocó la declaración de la Presidenta en orden a que su primer sentido fue partir por la educación pública?“En Educación2020 siempre señalamos que era importante partir por ello o al menos fortalecerla en paralelo a la tramitación de este proyecto. Seguimos creyendo que es muy importante”.
-¿No crees que ahí está el temor de los padres que salen a marchar, de que la reforma los lleve a una educación pública deficiente, bajándolos de los patines?
“Es muy importante darle una oferta real a los padres. Si los padres sienten que el día de mañana no pueden pagar un colegio, tenemos que ser responsables como país y darles una oferta pública de igual calidad que los deje contentos. Entiendo el temor y es una angustia compartida y desde que empezó este Gobierno hemos señalado que es fundamental fortalecer la educación pública y obviamente, pensar la nueva educación pública que necesitamos, que pasa por cómo se le desmunicipaliza”.
-¿Te da susto que precisamente eso quede atrás?“Dado que en el proyecto se eliminan las barreras de copago y selección, a nosotros nos da bastante temor una posible fuga muy masiva de los colegios municipales a los colegios particular subvencionados y estamos convencidos de que si no se fortalece ahora la educación pública, con mucha celeridad, puede haber un problema importante de una nueva caída”.
-Las palabras sobre la mesa son selección, copago, lucro, pero se habla poco de calidad.“Es importante hacer el link entre calidad y las otras tres palabras. La calidad está definida en la LGE donde se dice que el propósito de la educación es entregarle competencias y habilidades a los estudiantes para su desarrollo afectivo, moral, cognitivo, artístico, físico para ser buenos ciudadanos, participativos, democráticos, tolerantes y solidarios. Si el propósito es eso, la pregunta es si eso se logra en un país donde los estudiantes no se conocen, no se mezclan y viven en ghettos educativos”.
-¿Y si hablamos de calidad de la educación a nivel cognitivo? Niños de 8vo que tienen comprensión lectora de 4to básico.
“Es que para mí eso no es calidad. Ahora, si nos reducimos a eso, ahí hay otro proyecto de ley en marcha y en donde hay mucho más acuerdo, que es la reforma del Estatuto Docente donde hay varios temas como es definir la carrera que se necesita, la formación inicial, las condiciones de entrada y salida del sistema. También en esto tienen que ver las condiciones de bienestar de los estudiantes para posibilitar su aprendizaje, porque un niño que no tiene como ir al baño porque está malo o tiene frío porque la ventana está rota, no lo podrá hacer. En esas condiciones es muy difícil aprender”.
Mirentxu afirma que en este aspecto se han dado pasos importantes porque se han inyectados muchos recursos para ello, pero expresa su temor de que esto no llegue a buen puerto si no se crean los equipos profesionales adecuados para gestionar dichos dineros, ya sea seleccionando bien a los directores de escuelas y los encargados del área de educación de los municipios. “¿Tenemos las capacidades y competencias para no malgastarlos?”, dice.
-¿Cómo te respondes esa pregunta?“Creo que estamos al debe, se necesita con urgencia generar las condiciones ya sea apurando los concursos de los directivos y de los sostenedores en los municipios y creando un plan de acompañamiento. Sólo si se refuerzan a los recursos humanos es esas áreas creemos que los recursos van a ser bien gastados. Yo pregunto ¿de los 450 municipios que tiene el país, quiénes tienen equipos realmente competentes para gestionar esta cantidad de dinero que se está inyectando?”.
-Muchos afirman que esta reforma abandona el principio de la meritocracia.“La gente que tiene mérito hay que premiarla y hoy es que tengan derecho a estar en el Instituto Nacional o el Carmela Carvajal, que es lo que ha estado en el centro del debate, pues se afirma que aquellos que han hecho un esfuerzo tienen que tener la posibilidad de estar en un colegio de excelencia. La pregunta es si los estamos premiando al hacerlos interactuar con otros estudiantes que son exactamente igual a ellos; nosotros creemos que no. No creemos que ése sea un premio para quien tiene mérito; el premio para un alumno de excelencia debiera ser estar en un buen colegio que sea integrado. No se le hace un favor poner juntos a puros estudiantes estrellas que el día de mañana, como empresarios y líderes, no sepan cómo conversar con sus trabajadores porque nunca han tenido el contacto con estudiantes diferentes”.
-Pero sí es un premio cuando la oferta pública es lo que hay.
“En esta oferta sí es un premio y que se mantengan el Instituto Nacional y los colegios emblemáticos está bien si se abren cupos a otros para que haya una formación integral e inclusiva; ojalá todos los colegios avancen a ser como ellos, pero ojo esa excelencia académica es limitada mientras no se avance a incluir la diversidad entre sus estudiantes. El proyecto plantea que en los emblemáticos la selección se va a acabar en un plazo largo porque se va a apostar a que un colegio de excelencia es el que logra buenos resultados con todos sus estudiantes, más allá de las capacidades intelectuales que tengan”.