¿Dónde queda la potestad de los padres en la decisión de abortar? Nota de Emol abre debate

"¿Qué pasa si es el hombre el que (…) no quiere ser padre, pero la mujer igualmente da a luz?". Preguntas como ésta son las que salieron en el debate de una conmovedora historia dada a conocer por Emol esta semana, y que sacó a la luz una arista poco discutida dentro del revuelo causado tras la firma del proyecto de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, por la Presidenta Michelle Bachelet.

La historia que desencadenó estos cuestionamientos es la de Samuel Forrest, un neozelandés casado con una armenia quien rechazó quedarse con el hijo de ambos al saber que había nacido con síndrome de Down. Por esta razón, puso a su marido entre la espada y la pared: se quedaba con ella o con el pequeño Leo. La decisión del padre fue permanecer junto a su hijo y recaudar fondos para criarlo en Nueva Zelanda.

Mientras algunos lectores aplaudieron la decisión de Forrest, otros opinaron que es lo mínimo que se espera de un papá, al tiempo que criticaron duramente la reacción de la mujer armenia. Y, dada la contingencia del tema del aborto en Chile, cuyo proyecto ya fue enviado al Parlamento donde se discutirán las tres variables en las que sería legal- inviabilidad del feto, riesgo para la madre y violación-, pareció inevitable que los comentaristas de Emol no se refirieran a este hecho.

Con todo, la opinión fue unánime: el caso de Forrest no da a cuestionamientos de si se aborta o no, ya que "no se trataba de un feto inviable (y) una persona con síndrome de Down puede vivir con normalidad".

"(El aborto se justificaría) solo si compromete la vida de la madre, y siempre y cuando la madre lo decida", señaló Harry Pedrero. Su opinión fue refutada por Matilde Galindo: "¿Siempre que la madre lo decida? Despierta, uno no puede andar decidiendo si otro ser humano vive o no, y la madre no es dueña de los hijos".

"La mujer actualmente está poniendo en el debate que es ella quien decide si quiere abortar o no, porque es su cuerpo, y hace lo que estime que le sea conveniente con él", agregó Alexis Reyes. "Ahora, ¿es correcto? Para algunas mujeres sí, por el simple hecho de que ellas son las que dan a luz", agregó.

"(Pero), ¿qué pasa si es el hombre el que no quiere ser padre, pero la mujer igualmente da a luz, y en consecuencia, el padre no puede objetar ante la ley su obligación respecto a sus hijos? ¿Por qué el padre no puede tener también la elección de tener hijos deseados con convicción?", reflexionó Reyes.

"Próximamente, no se le pedirá opinión al hombre, dado que (las mujeres) tendrán el poder de disponer de abortar cuando estimen conveniente; elegirán con pinzas al hijo que quieran tener y del padre que ellas quieran", concluyó.

Así, aunque la historia que dio origen al debate entre los lectores de Emol ocurrió prácticamente al otro lado del mundo, sin duda plantea una situación más entre las tantas que de seguro deberán considerarse a la hora de aprobar o rechazar un proyecto cuya discusión recién comienza.