La idea es abordar el tema desde una perspectiva de género, es decir, incorporando a eventuales hombres y mujeres; víctimas y agresores; redes de apoyo más cercanas (apoderados, profesores y compañero/as de curso), además de entregarles herramientas para identificar las primeras manifestaciones de violencia, a fin de abordarlas, y en los casos más graves, denunciarlas en forma temprana.
Actualmente, la ONG realiza la campaña "Para si tu pololeo es violento", la cual se espera que dure al menos dos años, a fin de evaluar y hacer los respectivos ajustes en base a la experiencia en terreno y necesidades de los establecimientos educacionales y los jóvenes participantes. Mientras tanto, ya se está viralizando principalmente por Twitter y Facebook.
La violencia en el pololeo o noviazgo es definida como "cualquier intento por controlar o dominar a la otra persona, física, sexual o psicológicamente, causándole algún daño". Estas acciones pueden ser emprendidas de manera simultánea o por separado.
La Encuesta Nacional Bicentenario 2012 reflejó que el 56% de los jóvenes mayores de 18 años no considera "delito" ni "maltrato" el acto de abofetear a su polola por considerar que ella "coquetea" con otro hombre. Los adolescentes, en especial mujeres, víctimas de violencia en la pareja, presentan tasas más altas de trastornos depresivos, deterioro de la autoestima, de la confianza en sí mismas, culpa, inseguridad, aislamiento, bajo rendimiento académico y mayor riesgo de consumo abusivo de sustancias.
A nivel país, según la VII Encuesta Nacional de la Juventud (2013), el 13% de los consultados reconoció haber empujado, zamarreado o golpeado alguna vez a su pareja; el 12% declaró restringir o prohibir las amistades, y el 10% afirmó vigilar a su pareja.
Al recopilar todos estos antecedentes, en octubre de 2013 "Pareja Sin Violencia" realizó el primer sondeo. La comuna elegida fue Maipú y los resultados fueron sorprendentes: de un total de 1.412 jóvenes de entre 14 y 19 años, el 49,92% reconoció sufrir algún tipo de violencia en pareja, siendo un 60,25% hombres y 41,51% mujeres.
El 30,74% de los encuestados sufrió violencia psicológica, siendo un 35% hombres y 32,85% mujeres; el 14,77% padeció de violencia física, siendo el 22,69% hombres y el 17,9% mujeres; por último, el 11,09% fue víctima de violencia sexual, siendo un 20,93% hombres y el 9,58% mujeres.
Según explica Mariana Madariaga, el que la cifra de violencia en los hombres sea más alta que el de las mujeres se debe al reconocimiento temprano que ellos tienen frente ésta. "Ellas no saben reconocer una conducta de violencia psicológica. Ellos saben cuando los están controlando o los llaman mucho, se enojan y 'paran el carro' rápido", dice.
Además, los adolescentes consideran que el maltrato se limita a agresiones físicas sin identificar aspectos más psicológicos, como son el control del tiempo, dinero, ropa, amistades, proyectos, actividades, la coacción, chantaje, las amenazas e, incluso, el insultar o zarandear.
"La violencia psicológica entre jóvenes es la más difícil de detectar pero puede ser reconocida a través de expresiones de celos, insultos, comentarios que molesten, intentos de dominación como controlar con quiénes se junta, el tiempo, la manera de vestir y la indiferencia, entre otros", comenta la periodista.
"A la luz de los resultados, nuestra ONG entregó una propuesta de prevención en Maipú, y durante el año, en colaboración con el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, realizaremos diagnósticos preventivos en otras comunas del país. Actualmente estamos en conversaciones con la Municipalidad de Santiago y La Cisterna para luego implementar el programa nacional", afirma.
Precuela de abuso intrafamiliar
Otro de los antecedentes que recabó este programa fue el estudio "Análisis de la Violencia en las Relaciones de Pareja entre Jóvenes" elaborado por la Corporación Domos para el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) en 2009, en donde se confirmó que la violencia empieza tempranamente en la relación de pareja.
"Incluso en el noviazgo se esbozan las primeras manifestaciones. También existe una fuerte evidencia de que niños y niñas que han sido víctimas o testigos de violencia en su espacio familiar, tienen un mayor riesgo de vivir situaciones de violencia luego con su pareja", sostiene Mariana Madariaga.
Chile ha avanzado en erradicar la violencia contra las mujeres. Sin embargo, ha orientado sus políticas públicas desde una perspectiva privada, centrando su tarea en el ámbito de la violencia intrafamiliar, que involucra un concepto más amplio que sólo violencia contra las mujeres, puesto que también incluye la violencia hacia otros miembros de un núcleo familiar como hombres, ancianos, adolescentes y niños.
El interés por la violencia en el pololeo se manifestó en el 2010 durante la discusión de la Ley 20.480, que sanciona y tipifica el femicidio. Ahí quedó en evidencia, según los datos recogidos desde el 2007, año en que el Sernam comenzó a registrar en su página web las víctimas de femicidio, que las muertes de jóvenes en manos de sus pololos o ex pololos superaban el 10%.
En marzo de 2013 el Presidente Sebastián Piñera envió el Mensaje 537-360 al Congreso con un proyecto de ley que sanciona la violencia en las relaciones de pololeo y perfecciona la actual Ley de Violencia Intrafamiliar 20.066 "sobre violencia en las relaciones de pareja sin convivencia".
"Ahora le ponen más atención al tema que antes, pero aún queda mucho por hacer", advierte la periodista.