NUEVA YORK. - El gigante estadounidense de comida rápida McDonald's anunció ayer que dejará de servir pollo tratado con antibióticos en sus locales de Estados Unidos, una decisión bien recibida por las ONG y que podría ayudar a mejorar su imagen.
Confrontado a una agresiva competencia en el mercado estadounidense, el grupo, criticado por su comida "chatarra", explicó que su decisión se debe a razones "éticas".
"Nuestros clientes quieren un alimento que puedan apreciar al cabo de toda la cadena, del criadero hasta el restaurante", explica Mike Andres, jefe de McDonald's en Estados Unidos.
"Esta decisión es un paso para cumplir con esa expectativa" agrega el responsable. Los 14.000 locales estadounidenses prevén aplicar esta nueva política en los próximos dos años, precisó el gigante de las hamburguesas.
Sin embargo, continuarán sirviendo pollos que hayan recibido antibióticos por motivos médicos. "Estamos contentos de saber que McDonald's al fin entendió que el público no quiere más comer comida que proviene de granjas industriales que abusan de los antibióticos", dijo Wenonah Hauter, responsable de la ONG Food & Water Watch, aunque consideró las medidas como "insuficientes".
"Es la primera gran compañía alimenticia en tomar esta iniciativa. Esto va a cambiar el panorama en Estados Unidos", afirmó por su parte Laura Rogers de la ONG The Pew Charitable Trusts.
La cría intensiva de aves de corral y el aumento del número de enfermedades condujo a los criaderos a utilizar mayores cantidades de antibióticos para evitar que los gérmenes por contaminación destruyan la cría.
Este uso intensivo produjo una resistencia a los antibióticos en algunas aves. Como consecuencia, las ONG y organizaciones de la salud consideran que la utilización de antibióticos, que permiten también engordar la carnes más rápido, disminuiría el efecto de los medicamentos en los consumidores cuando deben tomarlos.
"McDonald's demuestra que una empresa puede ser una aliada eficaz para asegurarse que los antibióticos que hayan sido utilizados en los animales no afecten a la salud humana", se congratula la influyente senadora demócrata estadounidense Dianne Feinstein.