Algunas de las madres presas en un taller dentro de la cárcel.
EFE
La ley en Uruguay lo permite y la justicia lo aplica: madres son enviadas a la cárcel por culpa de un hijo que, siendo menor de edad, ha cometido un delito.
La semana pasada nuevamente un juez encarceló a una mujer de 50 años para hacer responsable de las actividades delictuales de su hijo que forma parte de una pandilla de adolescentes que asola un barrio en Montevideo.
El juez se amparó en la figura de la patria potestad que rige en Uruguay desde 1972 y que si bien estaba obligada, fue rescatada en 2013 después del asesinato de un repartidor de gas a manos de tres menores.
Según señala el diario El País, la sociedad uruguaya y sobre todo la clase política se muestran indiferentes frente a este tipo de fallos judiciales.
En 2013, debido a la conmoción pública, el juez que vio el caso decidió encarcelar a las madres de los tres menores argumentando que no ejercieron debidamente, con un mínimo de responsabilidad, el control de las conductas de sus hijos, comprometiendo seriamente el desarrollo y salud mental de los mismos.
Desde entonces, varias madres han debido ir a la cárcel, pese a que los legisladores han endurecido las penas contra los menores de edad infractores.
Hasta ahora ningún padre ha sido encarcelado, sólo madres, y los jueces argumentan que lo hacen porque los adolescentes son “mamones” y al ver a su madre en la cárcel debieran cambiar.
En tanto, los fiscales hablan de que estos fallos son medidas ejemplificadoras.
Hasta el momento no hay datos sobre cuántas mujeres han ido a la cárcel por omisión de deberes inherentes a la patria potestad.