Conoce la nueva y peligrosa moda de tatuarse los ojos
Expertos ya advierten que esta nueva tendencia para decorar los ojos podría desencadenar una ceguera.
16 de Marzo de 2015 | 08:30 | Emol
No se trata de cambiar el color de los ojos, tal como lo harías con lentes de contacto. La moda de tatuarse la mirada consiste en pigmentar lo blanco del globo ocular. Pero, por más que en gustos no hay nada escrito, los expertos ya han advertido de esta práctica.
Negro, rojo, verde, da igual el color. Varias personas han decidido ir un paso más allá en la estética convencional, y se han sometido a inyecciones de tinta, que se extiende por todo su ojo, más específicamente, entre lo que se conoce como la esclerótica y la conjuntiva.
Según señaló ABC.es, esta moda comenzó el año 2007, cuando un “artista del cuerpo” –como él mismo se autodenomina-, y apodado “Luna Cobra”, comenzó a aplicarla en los ojos de la gente que quería imitar la estética de los personajes de la película de David Lynch, “Dune”.
Pronto, su técnica se exportaría desde Francia a Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos, donde “Luna Cobra” repetía un procedimiento que no demora más de un minuto, mientras se inyecta con una pequeña aguja la tinta en el ojo.
Sin embargo, el proceso –que cuesta unos mil dólares- tarda en total cerca de una hora y media, ya que además de limpiar el ojo, hay que esperar a ver cómo reacciona éste, luego de haber sido aplicado el pigmento.
Según han señalado quienes se han tatuado los ojos, durante varios días los ojos están hinchados y se siente como si hubiera arena en ellos, pero al cabo de un par de semanas, los síntomas desaparecen.
En Singapur, país donde se ha popularizado esta práctica, expertos como el profesor Donald Tan, del Centro Nacional de Ojos de ese país, ya advirtieron que esta moda puede provocar infecciones, las que podrían desencadenar una ceguera.
Por otro lado, el propio “Luna Cobra” subrayó otro contra de colorear el ojo, ya que como la pigmentación de éste es irreversible, se debe tener un trabajo estable y liberal, en el que se acepte el aspecto que se tendrá después.