A diario, día por medio, dos veces a la semana o cualquiera sea la periodicidad, lo cierto es que el afeitado es, inevitablemente, parte de la rutina de los hombres. Y a pesar de que puede parecer una labor fácil, la verdad es que puede convertirse en algo complicado si no se toman en cuenta algunos consejos.
Es por ello que la doctora Kristina Vanoosthuyze, quien trabaja para una conocida marca de máquinas de afeitar, reveló la ciencia que existe detrás del rasurado perfecto. Para ello estudió a 80 voluntarios que todas las mañanas se afeitaban frente a equipos de filmación que incluían lentes de aumento, cámaras de alta velocidad e iluminación especial de alta intensidad.
La investigación dejó al descubierto que cuando el vello de la barba está hidratado, se expande, por lo que aumenta la superficie sobre la cual trabajan las hojas para rasurar. Así, la primera recomendación es realizar el afeitado después de la ducha, ya que la combinación de agua tibia y vapor también sirve para suavizar.
"Permitir que el agua penetre en el vello es clave para una afeitada cómoda, porque el vello seco es difícil de cortar", señaló la especialista, quien además sugirió lavar previamente la zona a rasurar con un producto limpiador suave, que remueva la grasa y la suciedad y, a la vez, despegue los pelos de la piel.
Asimismo, Vanoosthuyze aconsejó usar espuma o gel que reduzca la fricción entre las hojas de la máquina de afeitar y la piel del rostro.
En relación a la dirección en que se debe pasar la rasuradora, la especialista explicó que para empezar lo mejor es seguir el sentido en que crece el vello. Sin embargo, éste lo hace en diferentes direcciones, de manera que aunque un hombre crea que lo está haciendo bien, siempre habrá pelos que serán cortados en sentido contrario.
"Como regla general, diría que la mayoría de los hombres considera que movimientos ligeros en dirección del crecimiento del pelo y luego hacia arriba, proporciona una afeitada suave y cómoda", dijo Vanoosthuyze.
La especialista también sostuvo que es importante que los hombres no carguen con demasiada fuerza la rasuradora contra la piel, pensando que así lograrán un mejor afeitado. "La máquina de afeitar es la que debe hacer el trabajo, no tú", afirmó.
Asimismo, dijo que es una mala idea golpear la rasuradora contra el lavamanos para eliminar los pelos que quedan en ella, ya que eso provoca que las hojas se desalineen, lo que a su vez afecta la calidad del corte y la duración de la máquina.
"Al final del afeitado, sólo enjuaga la rasuradora con agua y sacude el exceso antes de guardarla", aconsejó.
Por último, un afeitado perfecto debe terminar con la aplicación de una loción hidratante, que suavice y ayude a mantener la humedad natural de la piel.