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En la mayoría de los hogares se da como un hecho cotidiano y habitual la administración por cuenta propia de un medicamento, lo que se denomina automedicación. Se trata de uno de los errores más comunes en cuanto a la manipulación con los fármacos.
¿Pero qué consecuencias puede traer para nuestra salud?
Según explica el médico internista de Clínica Vespucio, Carlos Bottner, un medicamento es una sustancia con propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades, por lo que se debe entender como un instrumento de salud y no como un bien de consumo, por eso su uso debe adecuarse a cada individuo.
Según Bottner, la indicación del medicamento para el paciente es llevada a cabo gracias a una consulta médica con diagnóstico y estudio. “Esta debe cumplirse tal cual como dice la receta y al paciente se le deben explicar los horarios, las formas de tomárselo y las complicaciones que puede tener, porque la mayoría de los fármacos tienen efectos colaterales que el enfermo debe conocer”, asegura el especialista.
“La dosis no sólo depende de si uno es niño o adulto, sino también de la contextura y de las enfermedades relacionadas del paciente. No es lo mismo tener una insuficiencia renal crónica o una diabetes, que ser un paciente sano que tiene una indicación”, concluye el médico internista, quien agrega que la indicación también depende de la interacción con otros fármacos.
Un uso excesivo de medicamentos puede producir complicaciones en el organismo.
“Los antiiflamatorios en dosis indiscriminadas o en tiempos prolongados pueden producir insuficiencia renal crónica, hemorragias y gastritis, entre otras enfermedades. Generalmente lo que ocurre es que se tratan los síntomas pero no la enfermedad. Importante es esto con el uso de bloqueadores del ácido en el estómago como el omeprazol, ya que uno puede tener una úlcera o un cáncer y éste no va a poder ser diagnosticado hasta que sea demasiado tarde”, asegura el especialista.
Medicamentos con receta
Según explica el especialista, el organismo no está hecho para ingerir fármacos de forma frecuente, es por esto que algunos de ellos deben estar controlados, especialmente medicamentos que causan dependencia, antibióticos o los recetados para tratamientos oncológicos.
“Los antibióticos específicamente porque el uso indiscriminado de ellos produce resistencia bacteriana, lo que hace que los mismos gérmenes ya no sean sensibles a los antibióticos y deban utilizarse otros fármacos más potentes”, indica el médico internista.
Según Bottner, la resistencia bacteriana se crea porque los microorganismos también están efectuando algunos mecanismos para protegerse de los tratamientos.
El uso, tiempo y horario inadecuado permite que las bacterias desarrollen resistencia. Los fármacos, idealmente, deben conservarse en el envase original.
“Esto cumple con los requisitos, como la protección de la luz y humedad, las dosis y tiempo de expiración de los medicamentos. No es aconsejable sacarlos por la manipulación que implica y la confusión que puede generar. El ideal es mantenerlos en sus cajas y envases originales”, asegura el especialista.
En cuanto a los medicamentos que permanecen en nuestro botiquín hace mucho tiempo, la recomendación es eliminarlos. “Si están vencidos no sirven de nada. Lo más aconsejable no es echarlos por el escusado ni por el lavaplatos, sino sacar el envase y votar las tabletas una a una en un basurero”, indica el médico internista.
Para tener en consideración:
• Evitar la automedicación y siempre consultar con un especialista.
• Un uso excesivo de medicamentos puede producir complicaciones en el organismo.
• Los fármacos se deben conservar idealmente en su envase original.
• Se deben seguir las indicaciones del médico tratante en cuanto al horario y duración del tratamiento.
• Las dosis de los medicamentos dependerá de la contextura y enfermedades concomitantes del paciente, además de la interacción con otros fármacos.
• Se deben desechar los medicamentos según fecha de vencimiento. Por eso se debe conservar el envase.