El mal se presenta, en su etapa inicial, con síntomas gastrointestinales, lo que dificulta su diagnóstico precoz, como alteración del tránsito, sensación de hinchazón, dolor o molestia pelviana que suele confundirse con los síntomas del colon irritable.
Jorge Brañes, gineco-oncólogo de la Red de Salud UC CHRISTUS indica que este estudio determina que la terapia de reemplazo hormonal favorece el desarrollo de cáncer de ovario de tipo epitelial en su forma serosa (cavidad abdominal) y endometrial, dos de los tumores más frecuentes y considerados los más agresivos.
Los síntomas tardíos, es decir, aquellos que se presentan en etapas más avanzadas de la enfermedad, son: distensión abdominal, líquido dentro de la cavidad abdominal, masas palpables, pérdida de apetito y sangrado genital.
“El tratamiento en etapa precoz consiste en cirugía y, en algunos casos, quimioterapia. Mientras que en cáncer avanzado se realiza cirugía y quimioterapia. Ambos tratamientos han evolucionado significativamente en el último tiempo, por lo que hemos logrado que las pacientes vivan más, sin embargo, ello no significa que la cirugía o quimioterapia puedan curar la enfermedad”, sostiene.
Otro de los factores de riesgos asociados al cáncer de ovario son la genética, obesidad, dieta alta en grasas y tabaquismo. Es por ello que el especialista recomienda a aquellas mujeres con antecedentes familiares, obesas y fumadoras a evitar el uso de estas hormonas durante su climaterio, pese a presentar los síntomas propios de esta etapa en vida femenina.
Tratamientos inmuno-oncológicos
Desde hace unas tres décadas que las investigaciones inmuno-oncológicas han provisto de evidencia solida que los tumores son reconocidos por el sistema inmune y que su desarrollo puede ser detenido o controlado a largo plazo por el proceso inmuno-vigilancia.
En muchos cánceres, la progresión maligna se acompaña de una profunda supresión del sistema inmune que interfiere con una respuesta anti-tumoral efectiva y la eliminación consiguiente del tumor. Inicialmente, la mayoría de los casos de escape a la inmuno-vigilancia se asignaban cambios en las mismas células tumorales (pérdida de antígenos tumorales), lo que las hacía un mal objetivo para el ataque del sistema inmune.
Los avances conceptuales y tecnológicos en el campo de la inmuno-oncología en los últimos 30 años han provisto del conocimiento y las técnicas para desarrollar aproximaciones novedosas de la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer.
Estos incluyen métodos para potenciar la inmunidad anti-tumoral por medio del bloqueo de vías y células inhibitorias en el microambiente tumoral. Del mismo modo, se estudian métodos para potenciar la inmunidad antitumoral específica por medio de la expansión de linfocitos T y anticuerpos dirigidos a antígenos tumorales bien definidos (ej. vacunas contra el cáncer).
Los cinco cáncer mortales
La Fundación Arturo López Pérez en su campaña “En Marzo Me Cuido” hace un llamado a que las mujeres sean capaces de prevenir un cáncer y sepan cómo detectarlo a tiempo a través del auto examen.
Dentro de los cinco cánceres más comunes en las mujeres se encuentran el de mama y aconseja que si se tiene hundimiento, depresiones en la piel o masas, además de antecedentes familiares, consultar a un medico.
En segundo lugar está el cáncer de vesícula biliar, que se podría pesquisar si se sufre de flatulencias y dolor o pesadez abdominal de manera frecuente. Luego le sigue el cáncer de estómago, cuyo diagnostico se basa en dolores o sangramiento por el recto o vía oral.
El cáncer de colon es la cuarta causa de muerte entre las mujeres chilenas. Si hay dificultades para evacuar o se sienten masas en el abdomen es recomendable consultar a un especialista.
Por último se encuentra el cáncer de cuello del útero cuyos riesgos aumentan si se ha tenido enfermedades de transmisión sexual o sangramiento vaginal no asociado al ciclo menstrual.
Según la fundación, “el 30% de los cánceres son prevenibles con simples acciones que puedes realizar tú misma” y esto se puede hacer a través de cinco consejos:
No fumar: evitar el cigarrillo podría reducir el riesgo de padecer unos 20 tipos de canceres.
Alimentarse bien: consumir cinco porciones de frutas y verduras y evitar las carnes rojas y procesadas.
Realizar actividad física 30 minutos al día.
Controlar el peso: la obesidad aumenta el riesgo de cáncer como el de mamas y vesícula.
Cuidar la piel: no exponerse al sol sin protección. Vigilar el número, tamaño, color y fomra de los lunares.