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DAMASCO.- Sentadas sobre una plancha metálica, fusil de precisión rusa en mano, las dos mejores francotiradoras del ejército sirio apuntan contra su "presa" en el barrio de Jobar en Damasco.
La sargento Rim, de 20 años, y la sargento jefe Samar, de 21, pertenecen a la Primera brigada de los comandos femeninos de la Guardia Republicana. Esta unidad de élite está al cargo del frente más difícil, combatiendo contra los rebeldes del triángulo Jobar - Zamalka - Ain Tarma, tres zonas del este de la capital.
Ante ellas, un agujero por donde sacan el cañón de su SV-98. Enfrente, edificios en ruinas, carcasas de coches. Parece que no haya un alma en el campo de batalla. Pero las apariencias engañan: el suelo está lleno de túneles y la muerte acecha detrás de cada esquina.
Su comandante las presenta como los gatillos más finos de la brigada. "Es verdad que tenemos mucha paciencia, primera calidad de un francotirador", afirma tímidamente Rim.
Tras su redondo rostro, de sonrisa infantil y ojos ligeramente maquillados, se esconde una temible guerrera. "Alcanzo, en general, a dos o tres objetivos por día y, honestamente, cuando fallo contra un hombre armado incluso lloro de rabia", confiesa.
'No es una cuestión de sexo'
Su récord: 11 rebeldes abatidos en un día. "Mi jefe me dio una suerte de diploma, como en la escuela", ríe. El edificio donde trabajan está a menos de 200 metros de la primera línea del frente y está enteramente operado por mujeres militares.
Otra compañera, Zeinab, de 21 años, eligió la carrera militar después de su bachillerato. Sus amigos y su familia la animaron y después de tres meses de entrenamiento, se unió a los comandos.
El capitán Ziad, al cargo del inmueble, está satisfecho de la actitud de las mujeres bajo sus órdenes. "No hay diferencia entre hombres y mujeres. Unos tienen [...] el valor anclado al cuerpo, otros, no. No es una cuestión de sexo".
800 mujeres soldado
La brigada de los comandos femeninos, la única unidad de mujeres combatientes, fue creada hace cerca de dos años y cuenta con 800 soldados por todo el frente este y sureste de Damasco, frente a los bastiones rebeldes.
Preguntado si esta unidad fue creada para paliar las pérdidas importantes del ejército desde el inicio de la revuelta -una oenegé dio cuenta de 46.000 soldados muertos en cuatro años-, su jefe, el comandante Alí, lo niega categóricamente.
"Es una decisión del presidente Bashar al Asad que quiere promover el papel de las mujeres sirias y mostrar que son capaces de tener éxito en todos los ámbitos", asegura. El reclutamiento de las soldados se hace a través de anuncios.
Según el comandante Alí, las reclutas firmaron un contrato por diez años. En el exterior del edificio, una joven de 19 años maniobra un tanque con dos compañeras, levantando una nube de polvo. "Somos varias mujeres las que hemos aprendido a utilizarlo, pesa 43 toneladas", dice. "Fue muy difícil, pero nosotras lo conseguimos", se enorgullece.