Las galerías del Club de Polo y Equitación San Cristóbal fueron el lugar donde jóvenes fashionistas y adultos jóvenes mostraron sus estilos, una mezcla de informalidad y elegancia, en algunos casos, y total relajo en otros.
Mientras fue posible ver a muchos escolares con uniforme acompañando a sus padres, las universitarias y quinceañeras fueron dejando de lado los shorts estivales –visibles en muy pocos casos, al igual que las polleras largas-, para darle la bienvenida a los jeans gastados con zapatillas deportivas o plataformas. Por su parte, los más jóvenes prefirieron las bermudas acompañadas por mocasines, zapatillas o directamente hawaianas.
Pero en este deporte, considerado de reyes en países como Inglaterra, siempre se agradece la tradición y la elegancia de los espectadores. En el caso chileno, a medida que avanzaban en edad, los asistentes parecían ir cuidando más los detalles de su look, apropiándose de pañuelos, chaquetas, camisas, y cómo no, los tradicionales sombreros de paja para capear el sol que aún insiste en acompañar las tardes capitalinas.