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La paradoja presente en la sexualidad: el miedo

01 de Abril de 2015 | 10:40 | Por Constanza del Rosario
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La activación y alarma de erupción del volcán Villarica me recordó una emoción que afecta profundamente la vida sexual: el miedo. Y pensé en el miedo, en parte porque la imagen del volcán trajo a mi mente mi infancia, época en la que un documental sobre Pompeya alimentó durante meses una que otra pesadilla de lava dirigiéndose directamente a mi casa; imagen que me hacia despertar aterrada y correr a la cama de mi mamá. Por otra parte, porque el volcán me resonó un reciente verano que cerraba con otro desastre natural: un terremoto y un maremoto que tuvo a un país entero sumido en el horror al más puro estilo “fin del mundo”.

Hago alusión a la erupción del volcán para graficar que distintos estudios han comprobado que el terror experimentado durante un desastres natural (es decir, ante una experiencia real de peligro) genera en los seres humanos un aumento de la actividad sexual y un alza de la tasa de natalidad de la población.

Al parecer al ver nuestras vidas en peligro se activaría un mecanismo pro supervivencia de la especie, estimulando la parte más primitiva de nuestro cerebro: el cerebro reptiliano para que éste domine nuestros pensamientos, impulsos y conducta, empujándonos a ir en búsqueda del contacto sexual. Lógica que probablemente está detrás de lo que han descubierto varios otros estudios: que una actividad riesgosa-adrenalínica como saltar en paracaídas, subirse a una mega montaña rusa, hacer rafting, entre otras actividades en la línea, estimulan el deseo y la tendencia a buscar la intimidad sexual, más aún, si la experiencia es compartida con la pareja.

Ahora bien, lo paradójico del asunto, es que en la consulta a diario compruebo que uno de los factores principales de distintos trastornos sexuales masculinos y femeninos es el miedo, pero este miedo no es sentido a partir de una amenaza real y actual a la supervivencia como el que tenemos en un terremoto o cuando estamos en las laderas de un volcán en erupción, sino que es un miedo producido por la mente ante una amenaza imaginada pero que nuestra psique nos hace creer que es real.

¿Cómo nos mete miedo nuestra mente? Recordando algo frustrante o doloroso del pasado y que nos alerta que es “altamente probable” que vuelva a suceder (aún cuando las probabilidades son bajas), como por ejemplo, si un chico en una noche puntual no tuvo una erección la próxima vez que tenga intimidad erótica, la mente puede empezar a traer esa imagen para que empiece a dudar de si será capaz o no de alcanzar una erección, haciendo de un único fallo un 100% de probabilidad. Otra estrategia de la mente es mostrarse desconfiada y pesimista como una forma de ahorrase problemas, como por ejemplo, recordarle a una mujer joven durante el día o bien en el mismo acto sexual lo terrible que sería quedarse embarazada, miedo que hace que su cuerpo se tense en el momento de la penetración (al considerarla peligrosa) y experimente dolor o bien desarrolle un vaginismo, consecuentemente de forma voluntaria o involuntaria evitará la penetración, con la ganancia secundaria e inconsciente de disminuir el riesgo de quedar embarazada. Ejemplos de estos miedos que nos envenenan y obstaculizan nuestra sexualidad, hay muchos más: miedo a la entrega, miedo al abandono, miedo al fracaso, miedo a no satisfacer, miedo a la crítica, miedo al descontrol, etc.

¿Irónico no? La raíz de muchos problemas en nuestra intimidad muchas veces no tiene que ver con lo que sucede en la realidad actual, sino con lo que nuestra mente nos cuenta sobre lo que sucedió o podría llegar a suceder. Distinguir imaginación de realidad es clave para la salud sexual. Evitar no resuelve el problema, mirar de frente nuestros miedos, encender la luz y observar que no hay nada real que temer, desvanece todo tipo de “cuco”.

¡Suena fácil! Pero no lo es tanto, por ello el desarrollar esa perspectiva es parte esencial de lo que se trabaja en terapia sexual. Ya lo sabe “don´t worry, be happy”!

Saludos, Constanza del Rosario, psicóloga experta en relaciones de parejas y sexualidad @consdelrosario
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