EMOLTV

Útero subrogado y sus implicancias en Chile

09 de Abril de 2015 | 09:52 | Por Ricardo Pommer
imagen
A la luz de las recientes polémicas que se han generado en el mundo respecto de casos de personas que han recurrido al útero subrogado, es importante recordar -en primer lugar- que esta técnica surgió exclusivamente para indicaciones médicas específicas: mujeres que nacieron sin útero por padecer una alteración congénita (como el Síndrome de Rokitansky) o mujeres que perdieron su útero por un accidente, por una infección o por un cáncer cervicouterino diagnosticado tardíamente, etc. En todos los casos, se trata de pacientes que, pese a que no tienen su útero, sus ovarios y óvulos están completamente sanos. Como tal pueden producir perfectamente embriones que podrían implantarse en el útero de otra mujer, que en Latinoamérica llamamos "ayudadora".

Ciñéndonos a las indicaciones netamente médicas (y que por cierto, en Chile sólo alcanzan un 0,5 de los casos de infertilidad), es una técnica muy valiosa porque permite que mujeres sin útero puedan tener hijos biológicos, gracias a la acción altruista de una amiga o familiar que esté dispuesta a llevar a ese bebé durante 9 meses.

A juicio personal el problema surge cuando, incluso por indicaciones médicas, se presta el útero por medio de un pago o un chantaje económico. Precisamente ha sido ese comportamiento el que ha llevado que esta técnica sea mal llamada "vientre de alquiler", y que ha provocado el desprestigio de la misma.

Asimismo, este desprestigio se vio acentuado a fines de los ochenta, cuando en Estados Unidos, surgieron los primeros casos de personas que comenzaron a recurrir al útero subrogado por razones no médicas. Se trataba de mujeres profesionales de un exitismo máximo que no estaban dispuestas a cargar a sus bebés, porque un embarazo podía perjudicar su desarrollo profesional, o mujeres que trabajaban con su cuerpo, como el caso de las modelos, donde un embarazo les podía perjudicar su principal "herramienta de trabajo".

Personalmente me cuesta entender cómo alguien que, pudiendo hacerlo, se rehúse a vivir el proceso maravilloso de llevar a un pequeño ser humano en su vientre. Por lo mismo, no comparto bajo ninguna circunstancia el hecho de recurrir a un útero subrogado por razones que no sean estrictamente médicas.

Sin perjuicio de lo anterior, en nuestro país en ningún caso se puede recurrir a esta técnica. Y esto es por una razón muy sencilla: desde un punto de vista legal, en Chile es madre quien da a luz al bebé. En otras palabras, no existe la maternidad genética, sino una "maternidad de vientre". Por lo tanto, incluso en casos que médicamente estarían justificados, aquellas mujeres que recurren a un útero subrogado quedan bajo el total desamparo legal, sin ser ilegal.

Pero los riesgos son para ambas partes: tanto para la mujer que está dispuesta a prestar su útero (incluso de forma altruista) y para la madre biológica. Esta última se expone al riesgo de que durante el embarazo la "ayudadora" legítimamente, se enamore de ese bebé y una vez que nazca, se niegue a entregarlo. A su vez, también puede ocurrir que si el bebé viene con una enfermedad, los padres biológicos decidan no tenerlo y dejan en el total desamparo a ese bebé que viene en camino y a la mujer que prestó su útero.

Si bien en los países que esta técnica está legalizada existen contratos claros que resguardan legalmente a cada una de las partes, es importante indicar que siempre existirán riesgos que van más allá de lo legal.

Desde un punto de vista médico no existe ningún riesgo, salvo los mismos a los que se ve expuesta cualquier mujer embarazada.

El riesgo mayor es el tema de los vínculos. Es difícil pensar que llevar en un vientre a un ser humano durante 9 meses, no genere un vínculo y todo lo que ello conlleva.

Sin duda que esta técnica plantea un tema complejo que -por lo menos en los casos médicos- se solucionará una vez que el trasplante de útero sea accesible para todas las personas que perdieron su útero por una condición genética, un accidente o una patología.

Dr. Ricardo Pommer, Past President Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva (SOCMER), Jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Monteblanco.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?