Desde hace algún tiempo, cada vez son más las personas que buscan en las terapias alternativas algún alivio para cuando sufren alguna enfermedad, o atraviesan por situaciones que les generan estrés o depresión. Una de ellas es la denominada lanaterapia, una actividad cada vez más popular en Chile, así como también en otros países.
"Es una terapia porque el acto de tejer que lleva a realizar algo con las manos, permite que conectemos con las emociones, las procesemos y encontremos explicaciones a lo que nos sucede, y eso sana, alivia", afirma Andrea Humeres, terapeuta que realiza el Taller de Telar en el Centro Holístico Inana.
Andres sostiene que se trata de un proceso cíclico, donde a partir de unos hilos de lana se va creando un tejido. "Con esta acción, entre punto y punto, la persona se puede transformar y ser el constructor de su vida. En ese sentido, el tejido se vuelve una metáfora de la vida", indica.
Con el movimiento entre hebras, urdimbre y tejidos, se traman también soluciones a los conflictos.
"El tejido no sólo pone en movimiento las manos, sino también las ideas, las emociones y las energías", complementan Carolina Cabellos y María Cecilia Prieto (
mceciliaprietor@gmail.com), quienes desarrollan talleres de lanaterapia para adultos y niños, en forma particular y también en diferentes instituciones.
El beneficio, aseguran, está en que no hay mayor satisfacción personal que ver algo hecho con las propias manos, lo que en el tiempo se traduce en un aumento de la autoestima y en el cese de ideas repetitivas.
"Cuando una persona se siente bloqueada mentalmente, el tejido la ayuda a liberar los pensamientos y logra tener un mejor razonamiento. Lo bueno es que lo hace mediante una actividad que es placentera, donde el tiempo se pasa volando", dicen.
Una actividad artesanal
La lanaterapia rescata tradiciones de la cultura ancestral. De hecho, en el mundo Andino, los textiles narran la memoria personal y colectiva. Son concebidos como seres vivos y el objeto debe "nacer" como un cuerpo en el telar.
"El contacto con la lana natural genera una sensación placentera y al tejer en grupo se produce un espacio acogedor de contención, que puede propiciar un sentido de pertenencia a una comunidad, un sentimiento vital por el solo hecho que las personas están usando su imaginación y creatividad", sostiene Carolina Cabellos.
Para trabajar en lanaterapia, se necesita un telar, lanas, vellón, ramas, cortezas, semillas y piedras. El proyecto es personal y las creaciones van desde telares de decoración hasta prendas como gorros, bufandas, ponchos, chalecos, cinturores y bufandas, entre otras.
En sus talleres, Andres Humeres también invita a los participantes a conectarse con su ser femenino, que es la tejedora. Esto signfica que en términos arquetípicos aluden a Penélope, que en su su tejer y destejer se transforma en la protagonista de su propia vida.
"Vamos aprendiendo a hacer puntos, a escuchar las voces de lanas, colores, texturas y entrelazando diferentes técnicas, como faz de trama, faz de urdiembre, embarrilados, nudos, macramé y todo aquello que permita crear un espacio interno, el cual se irá transformando al expresar nuestra interioridad en lo que estamos creando", indica.
Asimismo, la terapeuta comenta que el acto de tejer se conecta con el aspecto femenino de cada persona, independiente de si es hombre o mujer.
"La historia nos cuenta que las más famosas son las tejedoras de telar de cintura. Se las muestra como las madres de la creación y metafóricamente, el bastidor representa 'cabeza, corazón y pie'. El telar se amarra con una cuerda a un árbol, símbolo de conexión con la madre-árbol (Gaia) en el centro del universo. La cuerda es el cordón umbilical. El abrir y cerrar del telar son los latidos del corazón y el movimiento de la tejedora, las contracciones de parto", relata.
En tanto, en la cultura mapuche el tejer en el Witral, es una tradición transmitida de madres a hijas que se aprende por imitación y luego, cada una va tomando su forma de realizar sus tejidos. Además, muchos de los diseños vienen en mensajes oníricos.
La lanaterapia está diseñada para todo aquel que, desde la mirada femenina, quiere reconectarse con el arte de tejer a telar. Sin embargo, también está indicada como proyecto de integración para niños con necesidades especiales. María Cecilia Prieto, educadora de párvulos de profesión, asegura que en esos casos les ayuda a subir la autoestima y a desarrollar la psicomotricidad fina.
"Al hacer telares con niños, ellos van trabajando su concentración, creatividad e imaginación, y además les sirve como futuras actividades laborales de tipo artesanal y que pueden seguir haciéndolas en sus casas", destaca.