Para ambientar el desfile, la casa Vuitton decidió trasladarse a la localidad de Palm Springs, en pleno desierto californiano.
AFP
PALM SPRINGS, EE.UU.- Acompañada de decenas de celebridades, la firma parisina Louis Vuitton presentó la noche del miércoles en el desierto californiano su última colección "croisière" de verano, donde las telas se mueven con más fluidez para favorecer el movimiento de la mujer.
El diseñador Nicolas Ghesquière, sucesor de Marc Jacobs desde que éste dejó la "maison de mode" en 2013, mostró vestidos de cuero largos y con vuelo, ajustados en las caderas para marcar cintura y rematados con tachuelas y encaje, que daban a sus modelos aires de amazonas.
Los pantalones y "shorts" también fueron protagonistas con estampados inspirados en motivos amerindios. Y Ghesquière, que antes trabajó en Balenciaga, contó que quiso "crear una confusión" óptica entre los materiales que usó para dar "una idea de movimiento". "Es muy importante para Vuitton porque se inspira en una mujer que se mueve mucho", explicó el diseñador francés, de 43 años.
Pero su mayor inspiración fue pensar en "una comunidad de mujeres que viven en el desierto", apuntó. Y para ambientar el desfile, la casa Vuitton decidió trasladarse precisamente a la localidad de Palm Springs, en pleno desierto californiano, donde la colección se fundió con el entorno.
La fabulosa mansión del fallecido actor estadounidense Bob Hope, una de las estrellas del Hollywood dorado, y su esposa Dolores, de 103 años, acogió a un selecto público de 500 personas.
Entre las que disfrutaron del espectáculo estaban las actrices francesas Catherine Deneuve y Charlotte Gainsbourg, la intérprete estadounidense Marisa Tomei y el rapero Kanye West.
El impacto en las ventas de las colecciones pre-temporada
Desde hace algún tiempo, las casas de moda han comenzado a darle importancia a la colección "croisière", que se cuela entre las dos principales del año: otoño-invierno y primavera-verano, y que se refiere al conjunto de diseños entre temporadas o pre-temporadas, además de ser “ready to wear”.
Dior, Givenchy y Chanel son algunas de las marcas asiduas a esta "nueva" colección. Con la llegada de Ghesquière, Vuitton ya organizó el año pasado un desfile "croisière" en Monaco. "Es la colección más importante en cuanto a ventas", dijo el director general de Louis Vuitton, Michael Burke.
Hacer los desfiles en lugares excepcionales también es otra forma de afianzar la relación con los clientes de todo el mundo, aunque puedan costar varios millones de euros. "Vale la pena cada céntimo", precisó Burke.
"En París, los desfiles están principalmente dirigidos a la prensa. Nos olvidamos de la clientela. Aquí tenemos la ocasión de tener durante tres días a clientes en un ambiente muy civilizado, diferente a la locura que se vive durante las semanas de la moda", explicó el director general de la casa parisina.
California comienza a tener su propio lugar en el mapa de la moda. En lo que va de año, Vuitton es la tercera marca de lujo que escoge esta región del oeste de Estados Unidos para mostrar al mundo una colección, después de los desfiles que Tom Ford y Burberry montaron en Los Ángeles.
Como dice Burke, "Nueva York es la capital mundial de la cultura pero muy ligada a Europa, mientras que para el mundo entero California representa la modernidad estadounidense".