En esta ocasión hablaremos de los recuerdos y las nostalgias. ¿Quién no recuerda una visita al circo o al cine comiendo cabritas de maíz, o un viaje a la playa comiendo barquillos, palmeras, huevos duros o incluso empanaditas de queso con mariscos?
Hoy quiero llevarlos a recordar los inviernos lluviosos y ventosos, cuando uno iba al colegio y volvía a casa caminando, muerto de frío, con la ropa y zapatos mojados, mirando la cordillera nevada, pero sabiendo que al llegar a casa estaría la ducha caliente, ropa abrigada y una cazuelita de pollo, unas ricas sopaipillas pasadas o una rica sopa para entrar en calor. De ese sentimiento de hogar que uno tiene cuando vive en el extranjero, cuando se extrañan cosas simples como un pastel de choclo o una empanadita de pino, un pulmay o una simple marraqueta con palta… ese pan crocante del desayuno o la once.
Los recuerdos son una buena fuente de calorías, de antojos y de kilos… sobre todo en la temporada de invierno.
Hoy vamos a compartir uno de los panes más tradicionales del invierno, la sopaipilla, aunque no se encuentra sólo en Chile, sino también en Perú, Bolivia, Argentina, México, España y Medio Oriente. Se dice que los primeros panes fritos fueron llevados por los árabes a España y de ahí a América, pero sólo en Chile se hacen con zapallo y pasadas, aunque en Perú tienen una versión que tiene un sabor similar: los picarones.
En mi afán de cocinar con té, hice un almíbar de chancaca tradicional al que agregué té de jazmín, aunque también lo he realizado con earl grey y el resultado es maravilloso.
En otros países, la cazuela tiene sus hermanos casi gemelos, como el sancocho en Colombia o Venezuela y en Costa Rica olla de carne. Este plato sencillo, que es un cocimiento de verduras de temporada y carnes, que pueden ser pavo, pollo carne de res o cerdo, nos trae quizás más recuerdos que ningún otro plato tradicional.
Bueno, los dejo con las recetas y espero que en estos fríos días de invierno se las preparen a su familia.
Saludos,
Matías Palomo, chef del Sukalde