Durante el período de invierno es común vernos enfrentados a situaciones de alta contaminación ambiental, las que tienen diversos efectos en nuestra salud, principalmente a nivel pulmonar, pero también se produce indirectamente lo que llamamos hipoxia, es decir, que llega menos oxígeno a todos los órganos y tejidos, lo que podría traer compromisos en sus funciones.
Asimismo, los elevados índices de contaminación, sumados al frío, conllevan a problemas en la piel, tales como dermatitis de contacto por aeroalergénos o, si nos llega menos oxígeno, tenemos como consecuencia una piel opaca, sin brillo y también alteraciones en el recambio celular, lo que favorece el envejecimiento. Además, los cambios de temperatura aumentan los casos de rosácea en la piel.
Los principales agentes contaminantes responsables de las agresiones en la piel son el ozono y el óxido de nitrógeno, que provocan inflamaciones, causando que la piel esté irritada y reactiva. Por su parte, el monóxido de carbono, que es responsable de la hipoxia tisular -una carencia de aporte de oxígeno a los tejidos- produce que el metabolismo de la piel se vea afectado, lo que hace lucir una tez apagada y provoca envejecimiento prematuro y sequedad.
También está el dióxido de azufre, que provoca alteraciones de la película hidrolipídica, es decir, la piel está irritada y sensible, mientras que las partículas en suspensión pueden provocar irritaciones y alergias.
Si bien todas las personas están expuestas a estos problemas producidos por la contaminación, quienes padecen dermatitis atópica o asma son más susceptibles a presentar problemas, sobre todo en la cara y las manos, que son las partes más expuestas de nuestro cuerpo.
Para evitar todos estos problemas es necesario aplicar ciertos cuidados en la piel, de modo de protegerla de las bajas temperaturas y de los agentes contaminantes. Lo básico es realizar un aseo facial todos los días, en la mañana y antes de acostarse, con jabones suaves. Igualmente es indispensable el uso de filtro solar FPS 20+ cada tres horas durante el día, que nos protege de la radiación solar, tiene un efecto barrera contra la contaminación y, a la vez, es hidratante.
Del mismo modo, es recomendable visitar a un dermatólogo, para que el especialista evalúe la necesitad de hacer limpiezas faciales, peelings, láser según cada persona y las necesidades de su piel.
No olvidemos que la piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo y el más visible, por lo que es fundamental preocuparnos de su cuidado.
Saludos,
Moren Dra. Carmen presidenta de la Sociedad Chilena de Estética Maxilofacial (http://www.doctoracarmenmoren.com/)