Cristian Carvallo, El Mercurio
"Buenos días…¡¡está listo el desayuno!!".
¿Te es familiar esta escena? Exacto, es lo que vivimos a diario. Suena el despertador y saltamos de la cama pensando que hoy será un gran día, pero… la ducha, el desayuno, la colación para el colegio, el almuerzo del marido, el pan en el tostador mientras la leche se sube, sacamos al perrito al patio, mientras el marido te pide sus calcetines desde el baño. ¡Uf!
Aún así, nos sentimos en control con todo eso, dominadoras. Pero hay una situación que nos deja los nervios de punta, con angustia y se nos echa a perder todo el día porque no encontramos la manera de solucionarlo: hacer que los niños se levanten con ganas y felices para empezar su día.
En vez de eso, ¿que escuchamos? "¡Ya voy! ¡Ya voy! ¡Ya voy!". Y tú los vas a ver con la esperanza de que estén medios listos, y aún siguen enredados en su cama, ni siquiera han abierto un ojo y menos han sentido esas ganas de levantarse, que les hará falta, pues de igual forma deben ir al colegio.
Amigas y amigos, esto es perfectamente natural y es una situación que se repite en todos los hogares del mundo.
Tienes varias formas de ganarle a este estrés sin necesidad de los gritos o la violencia, que a veces los padres ocupan. Ya sabes que hay padres que fueron my maltratados de niños, entonces ellos no tienen el aprendizaje que dice que la violencia genera violencia; que los gritos, golpes y amenazas generan un niño con su autoestima muy baja que luego lo hará notar en su comportamiento, que puede ser muy retraído o muy agresivo y, obviamente, en sus notas en los estudios.
Todo está relacionado y está en tus manos hacer una relación positiva de las cosas para obtener el resultado que tú buscas, la recompensa máxima: niños felices, que alcanzan a tomar desayuno para estar concentraditos en clases, conversar un ratito contigo y partir a sus colegios con muy buena energía.
Aquí te dejo cinco tips para hacer de cada mañana una aventura que tus hijos agradecerán y, de paso, te liberarán del estrés.
1.- Levántate media hora antes de lo habitual para que alcances a despejar tu cabeza, respirar profundamente, tomar agua, ir al baño, agradecer porque tus hijos están sanitos a tu lado. Eso te da toda la energía para ir a preparar un rico desayuno.
2.- La noche anterior deja definido lo que te pondrás de vestir, cómo te peinarás, que harás de colación para los niños y tu marido, etc. Esto te libera de perder el tiempo que se va entre los dedos en la mañana, y que después te hace correr y gritar a todo el mundo para lograr tus planes.
3.- Recuerda que los gritos pondrán más nerviosos a los niños y eso los hará reaccionar en tu contra con actitudes de rebeldía.
4.- Agrega una dosis de amor en todo lo que hagas. Empezando por ti… "Gracias por este día (pon tu nombre)".
5.- Recuerda que la vida avanza y tus hijos no serán pequeñitos por toda la vida. Así es que A DISFRUTAR CADA MOMENTO EN ESTA AVENTURA DE CRECER.
Saludos,
Patricia Valenzuela (@pattvalenzuela), coach e Instructora de PNL, autora de "Coaching Para Niños Felices".