Todas las mujeres -o por lo menos la mayoría- anhelan poder amamantar a sus hijos durante sus primeros meses de vida. Sin embargo, no es raro que la labor se vuelva cuesta arriba, sobre todo en el caso de las primerizas.
Dolor; dificultad para encontrar una posición cómoda para madre e hijo; poca leche o directamente escasa paciencia, son algunos de los factores que muchas veces terminan por hacer que las mamás "tiren la toalla" y recurran al famoso "relleno".
Algo preocupante, si se considera que la ciencia ha demostrado que la mejor manera de que los niños menores de dos años estén saludables y bien alimentados es, precisamente, mediante la leche materna.
Sandra Vignes, enfermera matrona Coordinadora de Maternidad Clínica San Carlos de Apoquindo Red de Salud UC CHRISTUS, comenta que existen muchos mitos en torno a dar pecho. Uno de ellos es la creencia de que algunas mujeres tienen "buena" o "mala" leche, lo que la profesional desmiente de plano.
"La composición de la leche va cambiando de acuerdo a las necesidades del recién nacido, lo que va variando en relación a sus horas y días de vida. Tanto la cantidad de grasa, nutrientes, entre otros elementos, son dinámicos y van cambiando de acuerdo al peso y edad del bebé, entre otros factores", explica.
Vignes explica que la estimulación ocurre sólo con el hecho de amamantar y esta estimulación va de la mano con la producción de leche. "Cada mamá tiene la producción adecuada para su guagua, tanto en calidad como en cantidad. El éxito de ello dependerá de la tranquilidad con que se lleve a cabo, de la actitud de la madre y del ambiente o espacio en que se realice. Es importante que la madre esté siempre con su guagua y se la pueda poner al pecho cada vez que su bebé se lo pida", aconseja.
Aunque cada caso es diferente, existen ciertos tips que favorecen la tarea de amamantar, tanto antes como después del parto. ¡Toma nota!
Durante el embarazo:
1.- Dejar los miedos atrás: muchas mujeres enfrentan el período de lactancia con muchos temores, tanto porque la sociedad no la promueve o bien por ideas preconcebidas, como por ejemplo creer que si sus madres no pudieron dar pecho, entonces ellas tampoco podrán.
2. Prepararse y educarse: cuando la mujer cuenta con buena información y sabe a lo que va, obviamente estará más preparada y tendrá mayores probabilidades de éxito. Y si la pareja está involucrada, ¡mucho mejor!
3.- No es un proceso fácil: tanto la madre como el bebé requerirán aprender la técnica para un buen amamantamiento. Para ello es aconsejable asistir a talleres.
Tras el nacimiento del bebé:
4.- Amamantar al bebé en cuanto nazca: incluso antes del corte del cordón umbilical. Lo ideal es que el recién nacido tome de inmediato calostro, el cual aporta inmunidad, vitaminas y minerales, entre otros.
5.- Estar con el bebé durante la estadía en el hospital o clínica: los primeros días tras el nacimiento son fundamentales, ya que madre e hijo se conocen mutuamente.
6.- Evitar los "rellenos": con ellos se puede afectar la continuidad de la lactancia materna.
7.- Ser perseverante: no te desesperes si tu hijo no succiona inmediatamente.
8.- Buscar una posición cómoda para ambos: esto es algo absolutamente personal, y no necesariamente la mejor es la que aconsejan las amigas o la abuela.