Fotobanco
Valentina siempre tiene miedo a que él se vaya y la cambie por otra. Revisa todos sus mensajes, lo vigila de cerca y se siente insegura. Tanto, que al salir de la ducha se mira y detesta lo que ve. Y como no le gusta, por la noche lo oculta en luces tenues o teniendo sexo bajo las sábanas, bien cubierta.
El tema es que aunque no se siente a gusto consigo misma, no deja de tener sexo frenético por miedo a que él se sienta insatisfecho y busque otra vía de descarga. Y para ello se ha comprado todas las revistas que hablan de sexo y, para qué decir, los libros sobre posiciones y cuanto tip ha encontrado… y los practica uno a uno. Sin embargo, ella aún no es capaz de nombrar su sexualidad como satisfactoria y feliz. ¿Por qué? Simple, porque se ha preocupado tanto por sentirse hábil sexualmente, que se ha desconectado de ella misma. Finalmente, desempeña en la cama el papel de la gran amante y no siente nada o muy poco; porque la verdad es que en cada movimiento se mira el pliegue de la panza, el rollo de la cintura y cuánta celulitis se le ve en las piernas con cada movimiento.
Y por la noche, cuando llega su pareja, hace en 20 minutos 4 posiciones distintas que vio en alguna porno o revista especializada. Pone las caras, hace todo, paso a paso y a la perfección. Tanto así, que él la define como ‘la mejor amante del mundo y de su vida’. Pero, lo que él no sabe, es que ella apenas conoce de buenos orgasmos, que los finge generalmente y que cuando termina la performance se siente desolada e insatisfecha, pero con la sensación de que se comportó a la altura de una amante de 20, cuando en realidad tiene 42.
Éste es justamente el punto al que quiero llegar, a que muchas de nosotras finalmente terminamos cumpliendo un personaje que satisface al otro en la cama y no una mujer que goza en ella y que, consecuentemente, transmite esa energía erótica que estimula a su pareja y lo hace disfrutar también.
Cuántas de nosotras no conoce a alguna amiga que ha dicho que le carga hacer sexo oral, pero a la hora de hacerlos realizan unos sin ganas y (conozco algunas) hasta con asco. Pero cumplieron con el rol, o al menos eso creen.
En ese contexto es que las invito a dejar de preocuparse de hacer un buen personaje erótico, de seguir los patrones de ‘normalidad’, para relajarnos y conectarnos con nosotras mismas y crear así un contacto físico y emocional al tener sexo. Las invito a ver la sexualidad desde un punto radicalmente distinto para crear y mantener el placer, el deseo y el goce con el paso de los años de relación.
“Esto es la inteligencia sexual: no la habilidad de ser una fuera de serie en la cama o de funcionar como cuando tenías 22 años”, dice el sexólogo Marty Klein, añadiendo: “La inteligencia sexual se manifiesta en la habilidad para crear y mantener el deseo en una situación que dista de ser perfecta o cómoda; como la capacidad para adaptar tu cuerpo cambiante; como la curiosidad y la apertura mental sobre lo que significa el placer, la intimidad y la satisfacción; y la habilidad para adaptarte cuando las cosas no son como esperabas (cuando se te ha acabado el lubricante, cuando uno de los dos debe ir al baño, cuando él pierde la erección, etc.)”.
Todo esto es parte de tener inteligencia sexual y cuando la tienes, ganas la libertad de relajarte y de disfrutar la sexualidad de formas que antes hubieses encontrado imposible. Entonces, desde hoy, veamos a nuestro cuerpo como el vehículo para sintonizarse con una pareja y vamos a aumentar la tolerancia del cuerpo para el placer y la intensidad. Dejemos de herirnos con críticas por nuestro cuerpo o desempeño y aceptemos nuestras heridas de guerra como la celulitis, las estrías, flacidez e incluso las cicatrices. La inteligencia sexual requiere de autoaceptación, confianza y autoconocimiento.
En medida que nos conectemos con nosotras mismas, podremos conectarnos con el otro y lograr así esa sintonía sexual que permite que una pareja se lleve increíble en la cama a los 20, a los 30 y también a los 70. Ese debe ser tu objetivo. ¡Suerte en ese camino!
Saludos,
Karen Uribarri (@karenuribarri), periodista diplomada en Sexualidad, SexBlogger.