Cristián Zúñiga, El Mercurio
"¡Chicos, empecemos a vestirnos! ¡Siete y media partimos!", grita la mandamás del backstage del Mercedes-Benz Fashion Week Chile, a unos 60 modelos -algunos vestidos, otros en bata- que pasean por el lugar, un enorme salón de CentroParque, en el Parque Araucano.
Ella, la jefa, es Magdalena Jiménez, quien desde 2001 opera Caza Moda, la productora nacional especializada en desfiles. "El backstage siempre ha sido la parte más entretenida", comenta, en un amplio lugar en el que sobran los colgadores de ropa, las planchas a vapor, los maquilladores y peluqueros que retocan a una que otra modelo, y un catering de pan integral con quesillo, tomate y las ensaladas.
Y sin duda tiene razón. Ahí, en ese espacio en el que van y vienen personas y sobre todo, ropa, se reúne lo que por un año Jiménez estuvo planeando a petición de Mercedes-Benz: inaugurar en Chile la pasarela que a nivel mundial es catalogada como el "evento de asistencia obligatoria". La cosa es simple; recordemos que desde que partió esta iniciativa de la marca de autos en Berlín, la idea se reprodujo en Milán, Londres, París, Nueva York y ahora, por qué no, en Santiago.
Bastante orgulloso se podía ver a Michael Riebensahm, gerente corporativo de Kaufmann, marca que representa a Mercedez-Benz en Chile, quien explicaba de qué se trata el proyecto en nuestro país y por qué, siendo una Fashion Week (semana de la moda), en esta inaugural ocasión se desarrolló en un solo día con 12 desfiles -desde las 16.30 hasta cerca de las 22 hrs-.
"Hoy estamos en una especie de marcha blanca, de un día, pero claramente los siguientes años sumaremos días, hasta que se transforme en la semana de la moda en Chile. Queremos escuchar a la gente, saber en qué dirección avanzar según lo que les gusta”, comentó, prometiendo que esto es solo el comienzo.
Primavera/verano 2015, los desfiles en Chile
Fue un año de preparación el que le tomó a Magda Jiménez coordinar este largo día de desfiles. Consciente de que la pasarela así lo exigía, su productora tardó 3 meses solo en hacer el casting de modelos. "Yo diría que son un 30% chilenos y un 70% extranjeros", comentó, lamentando la falta de maniquíes masculinos nacionales.
Entre las modelos chilenas estaba Trini de la Noi, una de las máximas exponentes de nuestro país, que estuvo a cargo de abrir y cerrar algunos de los desfiles primavera/verano 2015 de la jornada.
Quien partió exhibiendo sus creaciones fue la marca Zurita, de Gabriela Farías, una fiel defensora de la ecomoda, que presentó una colección llena de fibras naturales, y se atrevió a proponer delgados ponchos y prendas tejidas para las estaciones más calurosas del año.
Le siguieron Trial y el dúo chileno de Pas Demon -compuesto por Tania Von Chrismar y Daniel Fosk-, que siguieron con su tendencia por los colores neutros y las líneas rectas, destacando a veces looks de capas sobre capas y blusas oversized. Un vestido blanco, bajo una chaqueta blanca y con zapatos blancos, comprobó que ese tono no necesita nada más para brillar.
"Hay exponentes de sobra": Lupe Gajardo y la belleza incómoda
La siguiente tanda de desfiles partió con Lupe Gajardo. La diseñadora era una de las más esperadas, debido a su participación en febrero pasado en el Mercedes-Benz Fashion Week de Nueva York, transformándose en la primera chilena en mostrar sus creaciones en esa legendaria pasarela.
Y la colección presentada en tierras nacionales se ajustó a una visión bastante ligada a la historia nacional. "Está inspirada en las cantineras, que son las mujeres que se enrolaban en el ejército en la Guerra del Pacífico", comentó en el backstage. "Es una mezcla de una mujer muy fuerte, audaz, que tiene mucho de masculino. Es un juego que yo califiqué como belleza incómoda. No es linda a primera vista, tiene un misterio".
Armadas de rifles dorados y con sombreros de huasa elegante, las modelos mostraron sus diseños de encajes, otros con lentejuelas en negro, y el único traje de baño del día, en fibras doradas. "Tenemos mucho talento acá en Chile, así que hay exponentes de sobra para tener desfiles de muy buena calidad", declaró entusiasmada por las próximas versiones del MBFW Chile que se vienen.
A ella le siguieron Perry Ellis, con el trabajo de Gabriel Zamora, y Genny, la marca italiana que Lía Fernández opera en Chile desde hace unos 20 años, con conjuntos de seda y chifón, destacando los que tenían hilos de oro plata en su confección.
La costurera, Kika Neumann
Por primera vez mostrando diseños para hombre, Kika Neumann, presentó su colección al ritmo de Los Ángeles Negros y Nicolás Jaar. La otrora actriz -más de alguno la recodará en alguna teleserie-, lleva 5 años trabajando como marca, y tal ha sido su dedicación -se caracteriza por una atención más que personalizada con sus clientas, champaña incluida en las pruebas de vestuario-, que fue una de las diseñadoras convocadas a inaugurar esta pasarela.
"Yo soy costurera, no diseñadora", acotó, como un homenaje a quien fuera su maestra, Laura Rivas, quien le enseñó la teoría de un oficio que Neumann venía practicando desde niña: hacer ropa.
Hugo Boss, con mucho denim, y Banana Republic dieron fin al tercer bloque de desfiles, antes del ciclo final, conformado por Sisa -un trío compuesto por Alejandra Cruz, Trinidad Rodríguez y Elisa Rodríguez, que apuesta por el calce perfecto-, Paco Rabanne y Versace, casa de moda que por 37 años viene enseñando que con un buen estampado, ya sea en un vestido, blusa o polera, no hace falta nada más.