Si nos pidieran adivinar, ¿quiénes diríamos que son los usuarios recurrentes de sitios como Ashley Madison? Probablemente la respuesta sea que son personas jóvenes con mucho tiempo, sin demasiadas responsabilidades, poco conocidas, que se meten a internet buscando matar el aburrimiento y pasar un buen rato a escondidas de sus parejas o bien estando solteros y buscando una aventura.
Si respondiéramos eso sería un error: La realidad es otra y un grupo de hackers la expuso al mundo, generando una crisis que va muchísimo más allá de una separación o una pelea matrimonial.
Jugaron con fuego en un espacio virtual, pero tiene consecuencias reales
A diferencia de las últimas filtraciones que han afectado a empresas como Adobe o Sony, donde lo más grave fue la exposición de datos financieros de sus usuarios, la crisis que está desatando el caso Ashley Madison afecta la vida íntima de sus suscriptores. Twitter se he llenado de nombres de famosos, autoridades y líderes de opinión que, aparentemente, son usuarios del sitio.
Sin embargo, las consecuencias pueden ser más graves aún que el repudio o las burlas públicas. En Reddit, una de las páginas de conversación más famosas de EE.UU., un usuario que vive en Arabia Saudita escribió: "Podría ser lapidado por ser gay. Vivo en un país en donde ser homosexual es causal de la pena de muerte. Les ruego a todos que difundan mi mensaje. Tal vez los hackers lo leerán y, entonces, puedo pedirles directamente que tengan discreción con la información que difundan. Por ahora, planeo dejar el país en cuanto encuentre dinero para el pasaje y nunca volver. Pero no tengo dónde ir, no tengo amigos, ni tengo trabajo".
Además, nombres de miembros del gobierno Británico, funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos y más de 15.000 correos con la extensión .gov (del gobierno de EE.UU) y .mil (de las fuerzas armadas de ese mismo país) forman parte de los más de 30 millones de cuentas cuya privacidad fue vulnerada y expuesta a la opinión pública. Otras instituciones aparecen vinculadas con el servicio: miembros de Naciones Unidas, el Vaticano y ejecutivos de algunos de los mayores bancos y empresas del mundo, como Bank of America e IBM. Tampoco se salvaron las universidades, importantes académicos de Harvard y Yale son algunos de los afectados.
Un culpable orgulloso, una inocente y un frustrado
Los testimonios están comenzando a aparecer por todos lados. U
n banquero, empleado del BOA, explicó que sus datos aparecen entre los revelados porque su "instinto sexual era demasiado para manejarlo". Y cuando le preguntaron si era era razón para ser infiel a su esposa explicó que "necesitaba a alguien con más instinto sexual, más dispuesta a intentar cualquier cosa".
En tanto, una trabajadora fiscal del Reino Unido dijo al medio MailOnline que tenía el corazón roto por haber aparecido en la lista publicada por los hackers. La mujer cree que fue víctima de un ataque de alguna persona malintencionada. "Soy casada y jamás haría algo como engañar a mi esposo. Debe ser un acto malicioso; nunca sospeché que tuviera enemigos", dijo.
Un irlandés casado que trabaja en el gobierno local y cuyo nombre y datos también se volvieron públicos manifestó su frustración. "Yo sí me registré, pero nunca pude usar la cuenta. Honestamente estoy un poco molesto, porque quise usarla pero nunca pude acceder por las restricciones que tiene internet en mi trabajo".
¡Ups! Revelaron algo más que la información de contacto
La filtración no sólo expuso los datos de contacto de los infieles (nombre, apellidos y correo electrónico).
Como si con eso el desastre no fuera lo suficiente, otros datos que se volvieron públicos muestran lo que los usuarios andaban buscando en el sitio: Ashley Madison ofrece un total de 62 fantasías sexuales, entre los que se encuentran sexo disfrazado del género opuesto, relaciones grupales o formas "alternativas" de intimar. Además (sí, más encima) dieron a conocer las características con que cada usuario se describió al comenzar a usar la aplicación: altura, piel, peso, gustos, aficiones, etc.
La última carta bajo la manga de los posibles infieles
Si tu dirección de correo electrónico aparece entre los millones de datos que fueron expuestos, aún tienes una última forma de alegar inocencia. Ashley Madison no verifica los correos electrónicos que registran los usuarios. Es decir, cuando se realiza el registro, no es necesario ingresar una dirección válida. Es por eso que una de las que aparece es tblair@labour.gov.uk, que no es una dirección verdadera y que, aunque lo parezca, no pertenece al ex Primer Ministro del Reino Unido. Así que como último salvavidas, el argumento "alguien usó mi dirección de correo" aún es válido.
Un "censo" de los infieles
Más allá de la crisis, la revelación de los datos del sitio AshleyMadison.com permitió hacer una -no tan pequeña- radiografía de los infieles online. De los más de 35 millones de usuarios expuestos (lo que equivale, más o menos, a la población total de Canadá), el 80% son hombres (28 millones), en tanto 5 millones, lo que equivale al 14% son mujeres. Y, finalmente, algo más de un 5%, o 2 millones de personas, decidieron no especificar su género.