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Ser madre a los 40, virgen y sin pareja: la historia de Soledad

En su blog, Odette Freundlich habla sobre las posibilidades que hoy da la ciencia a las mujeres, para conseguir un embarazo de una manera no tradicional.

25 de Agosto de 2015 | 11:44 | Por Odette Freundlich
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Fotobanco
Afortunadamente, y gracias al aporte de la ciencia, hoy en día podemos decidir sobre nuestra maternidad a pesar de la edad y de no tener pareja. Suena un poco extraño, pero no hay impedimento para que una mujer de 40 años, virgen y sin pareja se embarace.

Les contaré un caso que me impactó por lo genial y diferente (los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los pacientes).

Soledad tiene 38 años de edad, es soltera y sin pareja, es una profesional exitosa y ha dedicado toda su vida a triunfar laboralmente.

Con el paso del tiempo se dio cuenta de que ese objetivo iba por muy buen camino, pero se había descuidado en el aspecto relacional, amoroso y de pareja.

Inició su vida sexual no penetrativa a los 29 años y ha tenido un par de parejas, pero hasta el día de hoy se mantiene virgen.

Al tomar conciencia de su edad, la invadió el gran deseo de ser madre y empezó a interiorizarse en cómo podría lograr su objetivo: ser madre a los 40 y sin pareja.

Se le ofreció la posibilidad de extraer óvulos y criopreservarlos, o sea congelarlos, por 1 o 2 años hasta que cumpliera 40 años y estuviera más consolidada en su trabajo.

La etapa siguiente sería acudir a un banco de espermios y fecundar artificialmente el o los óvulos, para luego implantárselos en su útero y así lograr embarazarse y dar a luz a su esperado hijo.

Durante el inicio de los procedimientos, la doctora a cargo se dio cuenta que Soledad tenia vaginismo, por lo que era imposible examinarla ginecológicamente, pues los músculos de su vagina se contraían con mucha fuerza y en forma involuntaria, impidiendo cualquier acercamiento al área genital.

Es por esta razón, que Soledad llegó a Centro Miintimidad, en donde fue evaluada y diagnosticada con un vaginismo moderado.

El inicio de tratamiento fue difícil para ella, pero al ir avanzando en las diferentes etapas fue evolucionando en forma muy positiva.

Después de 11 sesiones, con una frecuencia de una vez por semana, Soledad logró tener control sobre su musculatura vaginal y manejarla a voluntad.

De esta forma terminó su tratamiento satisfactoriamente y fue enviada donde su médico tratante para iniciar todo el proceso de fertilización asistida.

Impresionante aporte de la ciencia, y muy agradecidas las mujeres que por diversas razones no han podido tener una relación de pareja y desean ser madres.

Saludos,

Odette Freundlich, directora de Centro Miintimidad (http://www.miintimidad.cl), kinesióloga especialista en Rehabilitación Pelviperineal y Sexualidad contacto@miintimidad.cl
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