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Mucho se habla hoy de la "belleza real", y de hecho existen algunas campañas de marketing que destacan en sus comerciales y publicidad, la belleza natural de la mujer. Sin embargo, en la práctica tal ideal de belleza es poco realista.
El mercado ofrece cuanto producto existe para tratar las arrugas, para adelgazar, para tratar la flacidez, la celulitis, terminar con los vellos de forma definitiva, prendas de vestir ajustadas y pequeñas para destacar la silueta, calzado de tacos alto para realzar la figura, gimnasios a bajo costo; en fin, miles de mensajes que distan mucho de lo que es considerado 100% natural.
Si bien es importante siempre conservar la esencia, debemos ser cautelosos a la hora de hablar de "belleza real". Hay quienes piensan que la "belleza real" es la mujer que no se tiñe el cabello, que no se depila o que no se preocupa de su cuerpo y kilos de más. No obstante, lo más probable es que esta mujer sea mal vista por la sociedad actual.
Entonces, definir hoy cuál es el límite de la "belleza real", es no caer en lo primitivo. En el día a día, todo hombre y mujer busca verse bien para ir al trabajo o participar de una actividad social. Hoy estamos preocupados de comer sano, de hacer actividad física y no da lo mismo aceptar un físico que lentamente se vaya desfigurando por el paso de los años.
Cada día somos más sofisticados, no sólo en el tema estético, sino en el tema de la tecnología, las viviendas, los autos, y todo lo que nos rodea. Una "belleza real total" no permitiría usar tacos para aumentar de estatura, tampoco usar maquillaje o usar químicos para tratar las canas. Pienso que aceptar la "belleza real" podría afectar negativamente el resultado final e incluso la autoestima.
Es verdad que hoy existe una democratización de la belleza, en el sentido que el ícono de la belleza no es la mujer rubia con ojos azules, nórdica, sino que hoy puede ser una mujer de color, de India, de oriente. Se está viendo un multiculturalismo incorporado a todo el espectro de la belleza.
El mercado ha eliminado tendencias extremas y lo que impone, es bastante coherente con las necesidades actuales de la mujer.
Más que belleza "real" debemos destacar que todas las mujeres pueden ser bellas y pueden sacarse partido a partir de detalles: destacando alguna facción de su rostro con maquillaje, su cintura con una falda ajustada o un lindo cinturón, su escote con un vestido insinuante o una blusa delicada, etc. Lo real muchas veces se puede transformar en irreal.