¿Alimentarías a tu hijo recién nacido con una hamburguesa, una gaseosa o una donut? Probablemente tu respuesta sea "no" e incluso pienses que la pregunta es un poco absurda.
Sin embargo, si reflexionas un poco más te darás cuenta de que sí le darás a tu bebé esos alimentos si los consumes durante el embarazo. Y, en consecuencia, igualmente estarás perjudicando su salud.
"Tus hábitos (de alimentación) en los primeras mil días (de vida de tu hijo) puede evitar evitar que desarrolle una enfermedad grave", se explica en una campaña diseñada en Brasil por la organización pediátrica SPRS.
La llamativa iniciativa también señala que "tu hijo es lo que comes" y está acompañada de tres imágenes que pueden resultar un poco perturbadoras. En la primera, un bebé succiona un pecho con la forma de una hamburguesa, en otra se alimenta de una supuesta gaseosa y en la tercera de una donut.
Con su campaña, SPRS busca recordarles a las embarazadas que es posible que dañen la salud de sus hijos, si llevan dietas poco saludables durante la gestación.
Según señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante el embarazo "la dieta debe suministrarle (a la mujer) todos los elementos necesarios para que al crecer el óvulo o huevo fertilizado, se convierta en un feto viable y luego en un bebé a término. A medida que la mujer se nutre a sí misma también nutre al feto en crecimiento".
Por esta razón -agrega la entidad-, "una dieta adecuada durante el embarazo ayuda a la madre a ganar el peso adicional que es fisiológicamente deseable y a garantizar el peso normal del bebé al nacer".
La FAO también señala que durante la etapa de lactancia aumenta las necesidades de nutrientes de la madre, ya que éstos son los que directamente enriquecen la leche de la que se alimenta el bebé. "La leche humana tiene una composición muy constante y se afecta única y selectivamente por la dieta de la madre", asegura el organismo.