El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Los médicos que atienden a Andrea, una niña española aquejada de una grave enfermedad degenerativa e incurable, aceptaron hoy retirar la alimentación artificial que la mantiene con vida, tal y como pedían sus padres.
Así lo confirmó a los medios de comunicación españoles el abogado de la familia, tras reunirse con el equipo médico del hospital de Santiago de Compostela (noroeste), en el que está ingresada la niña.
El letrado aseguró que Andrea tendrá "una muerte digna", aunque se desconoce cuándo se producirá el desenlace. "Lo que sí que está claro es que va a tener un final dulce, un poco más fácil que la vida que ha tenido hasta ahora", dijo.
Su caso reabrió la semana pasada en España el debate sobre la eutanasia, que no es legal en el país.
Los progenitores de la menor reclamaron a los médicos que permitieran a Andrea "una muerte digna", argumentando que su estado de salud se había deteriorado hasta extremos muy dolorosos y que le causaba un "grave sufrimiento".
"Yo lo que quiero es que mi hija cierre los ojos y poder despedirnos de ella. Queremos una muerte digna para nuestra hija", dijo la madre hace unos días ante periodistas.
Para ello, los progenitores de la menor contaban con un informe favorable a su petición elaborado por el comité de ética asistencial del servicio regional de salud, que recomendaba retirar el soporte vital que prolonga artificialmente la vida de la niña.
Pero el documento no es vinculante y los pediatras del hospital no lo tuvieron en cuenta hasta hoy, cuando rectificaron su postura.
Ante la primera negativa, los padres de Andrea habían advertido de su intención de acudir a los tribunales. Hoy se reunieron con un juez, al que explicaron los detalles de la enfermedad y la situación de la menor.
El caso de Andrea surgió dos meses después de la entrada en vigor en la región de Galicia de una ley que regula la asistencia para una muerte digna a enfermos terminales en centros hospitalarios, sin contemplar la eutanasia.
En 2011, el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011) dio los primeros pasos para impulsar en España la llamada Ley de Muerte Digna, pero ésta nunca llegó a aprobarse.