Macarena Pérez, El Mercurio.
Quiero comenzar aclarando ciertas definiciones que me parecen relevantes al momento de sentarse en una mesa o disponerse a comer, como lo son alimentarse y nutrirse. Alimentarse es la acción de ingerir alimentos con el fin de asegurar la sobrevivencia; en cambio, nutrirse forma parte del proceso en el cual nuestro cuerpo obtiene los nutrientes necesarios para un equilibrado desarrollo interno y externo del organismo.
Ninguna de estas acciones es mejor que la otra por sí misma, ya que siempre están acompañadas de contextos religiosos, económicos, sociales, culturales, etc. Para mucha gente será un alimento para el alma mantener una alta espiritualidad y conexión con sus creencias, para otros será el compartir en familia un té con un trozo de pan, algunos se imaginarán solo comiendo vegetales o quizás en un asado con amigos acompañado de muchas risas.
En India durante muchos años la casta de guerreros (Rajput) se alimentó de carne, en cambio los Brahmins –que pertenecían a la casta sacerdotal– la tenían prohibida, por lo que su alimentación era a base de vegetales. Ese es un muy buen ejemplo para entender que lo que le hace bien a algunos no necesariamente le hará tan bien a otros debido a los contextos.
Es importante tomar conciencia de lo que ingerimos, ya sea en la forma, lugar y circunstancias en la cual nos encontramos en ese momento. También el entender por qué estamos decidiendo optar por esos productos, quizás por sus orígenes o por quien los manipule... ¡Tarea para la casa decidir alimentarnos o nutrirnos!
En esta oportunidad les mostraré tres recetas, en las cuales los invitamos a nutrirse de ellas. Están preparadas todas con mucho cariño.
Un cálido abrazo,
José Antonio Menares, chef de Caffe Armani