"Todo iba de maravillas, pensaba que al fin había encontrado el hombre ideal... y de pronto, no supe más de él". En el mundo femenino es común escuchar frases como ésta cargadas de desconcierto, de una completa desorientación ante un resultado tan contrario a lo buscado, que estalla en la cara de quien puso lo mejor de sí, que se abrió a la conquista.
Los Talleres de Coaching para el Amor parten con estas interrogantes, dudas profundas, a partir de experiencias repletas de desenlaces infructuosos y absurdos, esos que no calzan y que, obviamente, dejan el alma y la auto-estima por el suelo.
A partir del automatismo en que vivimos los seres humanos, nos cuesta observar que detrás de cada uno de nuestros actos, hasta el más mínimo, se imprimen las huellas de nuestra intimidad. Aquellos resortes que habitualmente empleamos para abrirnos paso en la vida, en gran medida son los mismos que también se conectan con nuestras miserias y dolores, y nos cuesta identificar cuánto nos pueden obstaculizar el camino hacia el bienestar.
Para esos momentos de "ceguera cognitiva" en donde se reiteran las situaciones frustradas, los actos fallidos y sin sentido, es que se recomienda la participación de un otro, que a manera de lazarillo permita aportar con una perspectiva distinta, la voz contraria que, ya sea por descontaminada o ajena, sirva de faro que ilumine la noche oscura de nuestras calamidades.
Dado mi hacer como coach, que se especializa en relaciones de pareja, estoy siempre muy atenta sobre las perspectivas entre géneros, los aspectos que tienden a separar, a aumentar las brechas. Es así como he prestado especial atención sobre las razones que llevó a algunos hombres a emprender la huida, de lo que los motivó a arrancar y desaparecer, dado que el costo de quedarse superaba las ganas de hacerlo. Descartando a todos aquellos en que la fuga sólo es parte de un arsenal de traumas propios, problemas con la intimidad y otras tantas complicaciones con la relación, he conservado la visión del grupo de varones que en un sincero deseo de armar pareja, hacen un final abrupto ahí cuando todo empezaba a cuajarse.
Es fundamental aclarar que lo expuesto aquí no contiene ningún valor cuantitativo. No pretende ser representativo del general sentir masculino y sólo propone la visión de un número de hombres que declararon sobre las razones de un proceder del que nunca se sintieron orgullosos.
Para todas las mujeres a las que alguna vez esto les pudo suceder, que sin proponérselo recibieron el rechazo masculino, ofrezco aquí algunas de las más reiteradas justificaciones de esa desaparición:
Citas ansiosas
Aquellas en que, ya desde las primeras juntas, usted plantea la necesidad de aclarar el futuro. Se refiere a esa actitud femenina que muy veladamente desde un principio apremia en acelerar los encuentros o definir las intenciones de su galán. Pasa también con la inusitada predisposición a la relación que se expresan desde estar siempre dispuesta a las citas hasta la rapidez con que se responden los mensajes.
Lo que tienden a leer ellos es pura ansiedad, posesividad y miedo al abandono.
Si usted se siente identificada, tome nota y reflexione. La ansiedad femenina es muy poco atractiva, genera rechazo. Mire si puede trabajarlo por sí misma y ponerse al control de sus temores. En caso contrario, puede ser momento de pedir ayuda, identificar lo que está detrás, sus aprensiones, sus expectativas.
Las conversadoras
La genuina tendencia femenina a la comunicación a veces juega una mala pasada, ya que en el afán de mostrarse tal cual, se pasa del rito, y se olvida hacer foco en el momento y en el contexto. A lo que me refiero, es que el coqueteo es básicamente un espacio de seducción mutuo. Un juego de cartas que mantiene en vilo al contrincante, marcados ambos por la tensión de saber cómo viene la partida del otro. Adelantarse, básicamente, les decapita el placer, les mata el misterio. Él tiende a sentir que la domina la necesidad de contar todo, que desde las primeras citas no se guarda nada.
Por lo mismo, es momento de detenerse. Desafiarse en el próximo encuentro y principalmente mirar y aprovechar la oportunidad de escuchar al otro, darse tiempo y reparar en el sinnúmero de datos que se transmiten tanto desde la palabra como del lenguaje corporal, para elegir sabiamente.
Citas enamoradizas
Muy relacionado a las primeras, sucede cuando desde los inicios se muestra un afecto fulminante. El desproporcionado apego que no sólo resta la magia de la conquista, peor aún, genera el efecto contrario en él, ya que abrumado por un compromiso del que no llegó a convencerse, prefiere huir.
El ser enamoradiza más allá de los aires románticos, suele estar relacionado con temas de carencia, con la necesidad urgente de afecto. Es un tema muy recurrente en terapia, con grandes y siempre positivos resultados.
Enrabiada con los hombres
Aquellas citas que por alguna razón cayeron en el discurso Pro-feminista, la arenga contra el género masculino. De cuando con un ánimo de rayar la cancha, se exhiben desde un principio un listado de preceptos bajo la idea de partir haciéndose respetar, expresados con poco tacto, con exceso de rabia.
Es importante tener en cuenta que la crítica a lo masculino suele despertar en ellos un sentido de lealtad de género, y tal como sucedería en caso contrario, sólo promueve el aumento de brechas de unos contra otros.
Si es que las quejas pendientes por sus relaciones fallidas la trasladan inmediatamente a la queja, será momento de tomar una pausa y revisar su sentir. Identificar hacia quién van los dardos, con nombre y apellido y de esa forma no caer en generalizaciones y estancarse en un combate absurdo y sin salida. Que si no logra deshacerse del mal sabor en su boca, será momento de hacer foco en ello, trabajarlo de manera de que no se perpetúe en su vida y le eche a perder la posibilidad de rehacerla con serenidad y alegría.
El Amor como objetivo
Se relaciona con aquella mujer que transmite pocos intereses propios, la ausencia de pasiones, que su principal motor es la pareja.
Los chicos hoy están acostumbrados a una par y cuando intuyen que del lado contrario no es así, les produce genuinas ganas de salir huyendo y evitarse un panorama monótono, fome, menuda carga.
Tal como lo hemos planteado tantas veces, una relación no es un propósito en sí mismo y no corresponde que se convierta en foco de vida de nadie.
Si le cuesta conectarse con sus deseos y sueños, es momento de revisar detenidamente sobre su actuar, aquellos aspectos en que a veces, sin darse cuenta, usted sí fluye con gracia. Recapacitar sobre los motores que la impulsan en la vida, ya sea a nivel valórico o simplemente porque tiene alguna habilidad muchas veces inconsciente. Esos serán los ámbitos que deba desarrollar y serán, sin duda, el inicio de un camino que la guíe a aumentar su confianza y satisfacción propia, fuentes directas de los que se nutre la autoestima.
Sin atractivo sexual
Aquí aparece todo el grupo de mujeres que por distintas razones les cuesta conectarse con su lado femenino. Surgen las que se ubican en el plan sicológico, las que asumen el rol de consejera y hasta el uso de palabras de alto calibre movidas por el afán de generar cercanía, toda una serie de estrategias que compensen la dificultad de relacionarse con el cuerpo y la sensualidad. Y, por buenos que hayan sido los encuentros no logran calar y finalmente la potencial relación es relegada al plano de la amistad.
Si se ve reflejada aquí, es momento de tomar cartas en el asunto sólo por el hecho de que la femineidad y coqueteo son partes intrínsecas de toda mujer, y que parte con la aceptación y la necesaria relación con el propio cuerpo. Aproximarse a ello es abrirse al juego y a la alegría, a probarse y desafiarse.
Las razones que esconden una partida abrupta de ese hombre como potencial pareja, sin duda son extensas, llenas de particularidades y no hay manera de poderlas abordar todas, porque también se refieren a los mundos masculinos y sus propias vicisitudes. Tampoco mi intención se refiere en justificar un adiós que puede ser percibido como violento, poco digno. Mi único ánimo aquí, es otorgar algunas luces sobre lo que estaría detrás de ese actuar inexplicable e inesperado. A partir de ahí, ofrecer también algunas claves simples que, a manera de GPS, puedan marcarle caminos a recorrer hacia el bienestar.
Haciendo eco de lo que profusamente hoy plantea la Neuro-Plasticidad cerebral, todo ser humano con disciplina y decisión, es capaz de hacer modificaciones sustantivas en su cerebro y así, en su actuar. Y, desde esa posibilidad de intervención propia, cada uno puede rehacer su conducta, diseñar su destino. Desde esta perspectiva, mirar estos accidentes como la oportunidad de corregir aquello que le aqueja en la vida, le hace ruido, no le conviene, es parte del aprendizaje al que nos invita la vida.
Tomar esas riendas y encaramarse en su propio poder de transformarse en la mujer que usted puede ser, se merece ser, sueña ser, es quererse a sí misma para poder querer a un otro.
Saludos,
Cristina Vásconez, coach para el amor (www.cristinacoach.cl; cvasconez@puntopartida.cl). Último Taller de Coaching para el Amor 2015: martes 10 de noviembre.