El Mercurio (imagen referencial)
SANTIAGO.- Uno de los principales temores al enfrentarse a una cirugía es la anestesia y ese miedo aumenta cuando son los padres quienes deben tomar la decisión de autorizar una determinada intervención en sus hijos.
Silvana Cavallieri, anestesióloga pediátrica y miembro de la Sociedad de Anestesiología de Chile (SACh), explica que la anestesia consiste en proveer al paciente de condiciones apropiadas para que se realice un acto quirúrgico. Estas condiciones implican que el paciente esté inconsciente, con amnesia, analgesia y un grado de relajación muscular.
"Durante el acto quirúrgico el paciente está completamente dependiente de lo que el anestesiólogo pueda hacer para mantener sus funciones fisiológicas estables. Y lógicamente todo el mundo siente temor a perder el control de su vida, porque dejar anestesiarse significa dejar su vida en manos de otra persona", señala la especialista.
Sin embargo, a pesar del temor que despiertan los anestésicos, en la actualidad el procedimiento es cada día más seguro. Esto se ha logrado con conocimientos, competencias, equipamiento e insumos adecuados, y la aplicación de los correspondientes protocolos de seguridad que, a la larga, han permitido reducir los riesgos. De hecho, la mortalidad por anestesia ha disminuido en un 2.000% en los últimos 30 años.
No obstante, en general la anestesia presenta más dificultades en las edades extremas de la vida: niños menores de un año -y dentro de éstos los menores de un mes y prematuros-, y en la tercera edad. ¿La razón? Menor reserva fisiológica. "Esto provoca que, ante determinado estrés que se pueda producir durante el acto quirúrgico, tengan una menor capacidad de resistencia fisiológica a situaciones -por ejemplo- en las que falte la oxigenación ante pérdida de líquidos del organismo o alteraciones de la temperatura", comenta Cavallieri.
No obstante, la especialista subraya que "cada vez la anestesia tiene mucho menos riesgo como acto anestésico. Actualmente las posibilidades de que un niño tenga problemas graves debido a la anestesia o en relación con ella es menos a 1 en 10.000, mientras que en un adulto se considera 1 en 100.000 o 1 en 200.000".
Cirugías pediátricas más comunes y riesgos de la anestesia
La especialista agrega que las cirugías pediátricas más comunes, en las que se deben utilizar anestesia, se agrupan en:
- Las electivas: todas las relacionadas con el área otorrinolaringológica y la cirugía extra abdominal.
- De urgencia: cuadros abdominales agudos tipo apendicitis.
- Derivadas del trauma: quemaduras, fracturas y heridas cortantes.
- Otras: tumores y patología pulmonar.
En cuanto a la extracción de amígdalas, intervención común entre los niños y que requiere anestesia general, Cavalliere explica que si bien es simple, tiene sus complicaciones.
"Se operan por dos razones. Una, porque las adenoides y amígdalas son tan grandes que obstruyen la vía aérea y dificultan la respiración y con ello la oxigenación: el niño ronca mucho, tiene mal dormir, escucha mal porque se le llenan los oídos de líquido y -en definitiva- tiene mala calidad de vida. La otra causa es porque las amígdalas se infectan y son cuadros que producen daños posteriores. Si es mal cuidada puede a la larga tener complicaciones cardíacas", afirma la especialista, al precisar que los niños que se operan por razones obstructivas, durante el postoperatorio tienen más posibilidades de obstruirse también. "Por lo tanto, es importante que se operen bien vigilados y que tengan cuidados post operatorios apropiados en salas de recuperación bien equipadas y dotadas de personal idóneo para el cuidado de niños", recalca.
Respecto a los riesgos que conlleva la anestesia, éstos se clasifican en:
- Respiratorios: afectan a la respiración y a la ventilación. "Felizmente es una situación muy poco frecuente y cuando se presenta, hay que actuar inmediatamente. Por eso el paciente pediátrico debe estar tremendamente vigilado durante la anestesia y post anestesia".
- Cardiovasculares: afectan al corazón y los vasos sanguíneos, que pueden terminar en paro cardíaco. "Estos riesgos tienen más relación, con que el corazón no funcione bien, o que haya una hemorragia, o que se presente una alergia importante que provoque alteración circulación de la sangre".
- Náuseas y dolor en el post operatorio: "Estas dos situaciones tratamos de solventarlas porque cada día hay mejores fármacos para prevenirlas. Por supuesto que esto también requiere estar en un lugar donde haya los elementos, insumos y personal adecuados para atender niños, además de estándares de cuidado".