NIZA, FRANCIA.- "Madame Claude", cuyo verdadero nombre era Fernande Grudet, célebre jefa de una red de prostitución de lujo francesa en los años 1960-1970, falleció el sábado a los 92 años de edad, según su partida de deceso.
Grudet murió en Niza (sureste de Francia) donde se encontraba internada desde hace dos años, precisó uno de sus allegados. "Se encontraba muy fatigada", agregó esta persona que solicitó el anonimato. La fallecida vivía en Niza desde hace unos quince de años.
Esta proxeneta, con aires de gran burguesa, reinó durante unos veinte años sobre una red de 500 jóvenes y un puñado de hombres que brindaban una noche de sexo por entre 10.000 y 15.000 francos (1.500 a 2.300 euros -$1.135.000 a $1.700.000), dejándoles una comisión del 30%.
¿Su credo? Brindar "el vicio bonito" con chicas que no tienen aspecto de prostitutas a clientes de las más altas esferas: políticos y jefes de Estado franceses y extranjeros, como el Sha de Irán o John F. Kennedy, celebridades del cine, y hombres de negocios como el patrón de Fiat, Giovanni Agnelli.
El control, a través de un teléfono y dos agendas
Nacida el 6 de julio de 1923 en Angers (al oeste) en una familia modesta, la futura "Madame Claude" se inventó una vida de chica de familia burguesa y de la Resistencia (en la Segunda Guerra Mundial).
En su autobiografía, inclusive aseguraba haber sido deportada a (el campo de concentración nazi de) Ravensbrück. Madre soltera durante la ocupación de Francia por los nazis a principios de los años 1940, sin estudios ni dinero, tras la Liberación, Fernande Grudet se trasladó a París, donde comenzó a prostituirse cerca de la Ópera, para convertirse en proxeneta en 1957. Y debido a que los burdeles habían sido oficialmente clausurados en 1946 en París, Grudet se transformó en "Madame Claude", ayudada solo con un teléfono y dos agendas de contactos.
La primera contiene el nombre y el número de teléfono de jóvenes captadas en centros nocturnos de moda o en las terrazas de los cafés, a las que acogía bajo su alero. Y en la segunda, figuraban los nombres de sus selectos clientes y sus preferencias sexuales.
A cambio de confidencias recogidas sobre la almohada por sus pupilas, "Madame Claude" se beneficiaba de la mejor protección, por parte de la brigada antiproxenetismo y el servicio de contraespionaje.
El trabajo sexual en la Francia de hoy
Pero, la llegada de Valéry Giscard d'Estaing a la presidencia de Francia y el refuerzo de la lucha contra el proxenetismo a mediados de los años 1970, provocaron el fin de esta protección al más alto nivel. A pesar de una fuga a Estados Unidos, "Madame Claude" fue condenada y encarcelada varias veces, hasta los años 90, después de haber creado una nueva red.
Su deceso coincide con el debate en el parlamento francés de una propuesta de ley de los socialistas cuyo objetivo es reforzar aún más la lucha contra la prostitución.
Tras la Asamblea de junio, el Senado, con mayoría de derecha, adoptó a mediados de octubre el texto pero suprimiendo la penalización a los clientes de la prostitución.
En cambio decretó la supresión del delito de captación pasiva, instituido en 2003 por el entonces ministro del Interior (posteriormente presidente) Nicolas Sarkozy, rechazado por todas las asociaciones sobre el terreno, considerado por los socialistas como "inútil e inútilmente estigmatizante" para las prostitutas.
Además de la prohibición de la compra de sexo, que será sancionada con una multa de 1.500 euros, la propuesta de ley prevé la creación de un recurso para ayudar a salir de la prostitución de manera paulatina, medidas de acompañamiento social, así como una política de prevención entre los jóvenes.
"Madame Claude" fue la "encarnación de una época que ha cambiado", comentó por su parte una organización de prostitutas, el sindicato del trabajo sexual (Strass).