MADRID.- Transgresor y excesivo, David Bowie ha sido un referente cultural durante más de cuarenta años, además de fuente de inspiración para artistas y diseñadores que han versionado cientos de veces su exclusivo "glam", un estilo que ideó para brillar en el escenario y que terminó forjando un ícono.
"Quizá esté loco, pero siempre he tenido una repulsiva necesidad de ser algo más que un humano (...) A la mierda, quiero ser un superhombre", expresaba Bowie en 1972, cuando publicó su cuarto álbum "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars".
El británico solía hablar de sí mismo como la "Xeron Machine", una máquina fotocopiadora, porque recopilaba y absorbía ideas y conceptos de todas partes.
Con gran
capacidad para reinventarse, este cantante camaleónico se construyó con los trazos de la pintura de Warhol, el sonido de la banda Velvet Underground y la estética del filme La Naranja Mecánica, de Stanley Kubrick.
Su verdadera transformación estética ocurrió en la década de los 70 en Nueva York, donde conoció a Andy Warhol, Iggy Pop y Lou Reed, juntos frecuentaban la famosa Factory, el estudio del pintor donde los hombres lucían vestidos, tacones, pendientes y se teñían el pelo.
David Bowie barajó talento, ambición y ambigüedad sexual, un cóctel que jamás dejó de agitar y que tanto ha influido en el mundo de la moda.
De hecho, la estética de Bowie ha estadopresente en las colecciones de María Escoté, Agatha Ruiz de la Prada, Emilio Pucci, Anna Sui, Rodarte o Louis Vuitton, entre otras. Y además, a lo largo de su carrera, Bowie ha inspirado las colecciones de mujer de Gucci, Balmain, Dries Van Noten, Givenchy o Celine.
Tras el fallecimiento del artista, por ejemplo, Jean Paul Gaultier declaró: "Personalmente me inspiró por su creatividad, su extravagancia, su sentido de la moda que reinventaba constantemente, por su atractivo, su elegancia y su androginia".
Asimismo, el káiser de la moda, Karl Lagerfeld, describió a Bowie como "un gran artista y un ícono atemporal de la moda que permanecerá como una referencia"
Por su parte, para la bloguera de moda Diane Pernet, la relación del artista con la moda ya estaba sellada de mucho antes de 1992, año en que se casó con la exitosa modelo somalí Iman.
“El Duque blanco” y es referente de un "superhombre"
Detrás de cada uno de sus cambios estilísticos estaba la mano de Angie Barnett, su novia desde finales de los 60 y madre de su hijo, Duncan Jones, además de la de su representante, Tony DeFries, que se ocupó de cultivar una imagen más roquera e irresistible.
En la década de los ochenta, la estrella de rock se presentó con un estilo más reposado, arropado con un halo "dandy", de la mano de su conocido personaje “El Duque Blanco”. Las chaquetas brillantes fueron el eje central de un estilismo que se adornaba con lazadas finas al cuello.
La moda no fue un complemento indirecto en su vida, sino un espejo en el que se miraba. Yves Saint Laurent, Alexander McQueen o Yamamoto crearon estilismos para la estrella del rock.
Aficionado a la pintura, él mismo inspiró lienzos, como la colección de cuadros de otro músico, Paul McCartney, quien en 1999 inauguró una exposición de arte en el museo Kunstforum Lyz de la ciudad alemana de Siegen basada en David Bowie, Elvis Presley o Andy Warhol.
Y si hubo un fotógrafo por excelencia prendado de la imagen de Bowie, ese fue el japonés Masayoshi Sukita, el artista que más veces retrató al músico británico, entre ellas la portada de "Heroes".
Las incursiones de David Bowie hacia otras disciplinas eran constantes y su anticipación a las tendencias, un hecho; características de un músico que dejó una huella en varias generaciones que lo consideran una leyenda.