SANTIAGO.- Tenía los ojos azules y el pelaje blanco con rayas negras característico de los tigres blancos. Pero su rostro no era muy agraciado, y sus dientes y colmillos estaban desalineados. Pero no es que Kenny hubiera salido desfavorecido en la repartición de los genes de sus padres y de ahí su fealdad, sino que este tigre es un claro ejemplo de lo que la endogamia provoca en el mundo animal.
Kenny tenía sólo dos años cuando fue rescatado desde un criadero privado en Arkansas, en el año 2000. Debido a su hocico corto, rostro ancho y dientes "chuecos", no era un candidato a ser vendido, por lo que era mantenido en una jaula.
Según la organización animalista Big Cat Rescue, lo que le ocurrió a Kenny se debe a que, en el afán por concebir tigres blancos -que son muy escasos en forma natural y en realidad sufren de una condición llamada leucismo-, los criadores cruzan generación tras generación a hermanos y hermanas, padres e hijas, madres e hijos, etc. lo que finalmente lleva a que algunos tigres nazcan con horrorosas deformidades.
Pero no es sólo eso. "El mismo gen que causa el pelaje blanco, hace que el nervio óptico esté conectado con el lado equivocado del cerebro, por lo tanto todos los tigres blancos son bizcos, incluso si sus ojos se ven normales. Asimismo, frecuentemente sufren de pie zambo o torcido, paladar hendido, deformidades de columna y órganos defectuosos", denuncia Big Cat Rescue en su página web.
"No se trata de una especie, no están en peligro de extinción, no necesitan ser salvados, no deberían existir", enfatizó Susan Bass, vocera de Big Cat Rescue, al sitio dodo.com. Bass agregó que los criaderos y dueños de estos tigres están "engañando al público haciéndolo pensar que necesitan ser conservados y cobrando dinero por verlos".
"Para conseguir ese cachorro blanco perfecto, es uno entre 30 intentos (...) ¿Qué ocurre con los otros 29? Son sacrificados, abandonados... quién sabe", explicó Bass.
¿Y qué ocurrió con Kenny? El tigre vivió hasta 2008 en un asilo de animales, hasta que ese año murió producto de un melanoma. El animal es recordado con mucho cariño.
"Todos amaban a Kenny (...) Él tenía una gran personalidad. Amaba a todos sus cuidadores y todo el personal que se preocupaba de él", aseguró Susan Bass.